El Partido Popular Europeo (PPE) se impuso el domingo en las elecciones a la Eurocámara por una amplia ventaja tal y como estaba previsto, pero la sorpresa la dieron los socialistas, que se hundieron por los pésimos resultados registrados en países como Francia, Reino Unido o Italia y las bajadas o el estancamiento en España, Alemania o Portugal.
La participación se quedó en el 43,2% del electorado, la más baja de la historia, y la extrema derecha y los euroescépticos ganaron posiciones en países como Hungría, Eslovaquia, Países Bajos, Dinamarca o Austria.
Los populares europeos obtuvieron entre 267 y 271 escaños, frente a los 288 actuales, según la primera estimación difundida por el Parlamento. El retroceso se explica porque la Eurocámara pasa de 785 a 736 escaños por el Tratado de Niza. La estimación no incluye a los conservadores británicos porque éstos ya han anunciado que crearán un nuevo grupo junto con eurodiputados checos y polacos.
Por su parte, el Partido Socialista Europeo (PES) cae hasta quedarse en entre 157 y 161 eurodiputados, frente a los 216 actuales. En tercera posición quedan los liberales, con entre 80 y 82 representantes.
En la nueva Eurocámara ganarán también peso los Verdes, que suben hasta 53 escaños (frente a los 43 actuales). En contraste, baja Izquierda Unitaria, que tendrá 35 puestos (ahora cuenta con 41). Los soberanistas de Unión por una Europa de las Naciones obtendrán 35 eurodiputados, mientras que los euroescépticos de Independencia y Democracia tienen 17, frente a los 22 actuales.
Entre 86 y 88 parlamentarios no han sido adscritos a ninguno de los grupos existentes en la anterior legislatura. De ahí saldrá el nuevo grupo que quieren crear los conservadores británicos.
El comisario de Asuntos Económicos, Joaquín Almunia, atribuyó el fracaso de los socialistas a que la izquierda europea "no ha sido capaz" de presentar en su campaña a las elecciones europeas un proyecto "claro" para una "salida progresista" de la crisis económica y financiera, a pesar del "fracaso" de las posiciones neoliberales.
Por su parte, el presidente saliente del grupo socialista en la Eurocámara, Martin Schultz, admitió la derrota y afirmó que se trata de una "noche triste para la socialdemocracia en Europa". Schulz no supo explicar el por qué de los malos resultados y se limitó a subrayar que los temas de interés para el PES, como la Europa social, la regulación de los mercados financieros o la lucha contra el cambio climático son "más necesarios que nunca".
El presidente de los populares europeos, Joseph Daul, se felicitó por los resultados porque dejan claro que el PPE "ha ganado por mucho y los socialistas han perdido". A juicio de los populares, el mensaje que han querido trasladar los votantes es que "hay que devolver la ambición y la voluntad política al corazón de la acción europea, para responder a las preocupaciones cotidianas y consolidar el lugar de Europa en el mundo".
Daul recordó además que José Manuel Durao Barroso es el candidato del PPE para repetir como presidente de la Comisión, y los resultados de este domingo acaban con los últimos obstáculos para su nombramiento. Los jefes de Estado y de Gobierno tienen previsto decidir sobre el presidente del Ejecutivo comunitario en la cumbre del 18 y 19 de junio y la Eurocámara le ratificará a mediados de julio sin problemas.
El presidente saliente de la Eurocámara, Hans-Gert Poettering, destacó que los partidos "proeuropeos", entre los que citó a populares, socialistas, liberales y verdes, han obtenido una "sólida mayoría" en las elecciones. En el mismo sentido se pronunció el presidente de la Comisión, José Manuel Durao Barroso, para quien los resultados "representan una victoria innegable para los partidos y candidatos que apoyan el proyecto europeo y quieren que la UE dé respuestas políticas a sus preocupaciones de cada día".
Tanto Poettering como Durao Barroso expresaron su preocupación por el aumento de la abstención. "Los políticos nacionales, cuyos debates casi nunca van más allá del nivel nacional, deben redefinirse como actores políticos a la vez nacionales y europeos", reclamó el presidente del Ejecutivo comunitario.
La más baja de la historia
En el conjunto de la UE, la participación se situó en el 43,2% del electorado, la más baja de la historia. La tasa de participación en los comicios europeos se ha ido reduciendo progresivamente desde el 61,99% de los primeros de 1979, hasta el 45,47%, que era hasta ahora la cifra más baja, alcanzada en las anteriores elecciones de 2004. Paradójicamente, durante todo ese periodo el Parlamento Europeo ha ido aumentado sus poderes.
Como regla general, la participación en los países del este que han entrado en las últimas ampliaciones fue muy inferior a la de los antiguos Estados miembros. En Eslovaquia sólo votó el 19,6% del electorado, en Rumanía el 23,6%, en República Checa el 25%, en Eslovenia el 26,5%, en Hungría el 35,6% y en Bulgaria el 37,5%.
Entre los antiguos Estados miembros, Países Bajos fue el que registró una menor asistencia a las urnas (36,5%). En Italia la participación ascendió al 66%, en Alemania se situó en el 42,2% y en Francia en el 40,5%, según esta estimación.
La baja participación facilitó que la extrema derecha y los euroescépticos avanzaran posiciones en algunos Estados miembros. Los ultraderechistas mejoraron su representación en Países Bajos, Dinamarca, Austria, Hungría, Finlandia o Eslovaquia. Y los euroescépticos progresaron en Austria, Reino Unido o Dinamarca.
También irrumpió en la escena europea el Partido Pirata de Suecia (PP), que defiende reformar las leyes de propiedad intelectual para permitir el libre intercambio de archivos en Internet, que consiguió al menos un escaño.