Política

La escalada de tensiones entre China y Taiwán sigue en aumento

Un nuevo eje de violencia, que las fuerzas de paz pueden prever, se está gestando en el Estrecho de Taiwán y la República Popular China. La República Popular, cuyo crecimiento económico asombra al mundo e invade con sus productos el mercado de América Latina, quiere superar todos los obstáculos que impiden su desarrollo y expansión.

Jorge Zabaleta
Unos 250 millones de los 1.300 millones de habitantes constituyen el sector social que comparten los beneficios del modelo de Beijing.

China Popular considera que una de las trabas para su normal desarrollo es resolver sus relaciones con la próspera Taiwán, que según la Constitución no es una República independiente sino una provincia del gigante asiático. Por ello anuncia que en este mes de marzo la Asamblea Nacional deberá aprobar la “Ley Antisecesionista”. El mundo no está al margen de esta delicada situación conflictiva. Delegaciones de taiwaneses viajan por los países nórdicos, bálticos y otros de Europa para poner al tanto a la comunidad internacional. EEUU y la Unión Europea han expresado su oposición al plan de China Continental de promulgar esa “Ley Antisecesión”, la cual busca legalizar una eventual invasión a Taiwán, según explica el ministro de Asuntos Exteriores taiwanés, Chen Tan-Sun.

Una encuesta reciente en Taiwán señala que más del 60 por ciento de los consultados mostró su fuerte oposición al plan de Beijing. Semanas atrás, EEUU y Japón se pronunciaron por una pacífica solución de los asuntos entre los dos lados del Estrecho, mediante diálogos y mecanismos de negociación, posición que revela el interés mayúsculo de EEUU por la región asiática y del Pacífico. Taiwán, en medio siglo, logró transformar un largo mandato autoritario en un país democrático, y reconoce que durante la transición recibió apoyo del gobierno y pueblo estadounidense.

Taiwán trata de movilizase por el mundo, particularmente por América Latina y el Caribe, donde tiene algunos aliados, pero China Continental intenta neutralizar. La gira del Presidente y Vicepresidente chino a esta región, incluyendo Perú, pone en evidencia la necesidad de fortalecer lazos con América Latina, considerada esencial para el abastecimiento de insumos mineros y agrobiológicos.

Para los taiwaneses en China Continental, la aprobación del mencionado proyecto de ley podría ser el comienzo del “terror rojo”, porque se estaría desestabilizando la cuantiosa inversión empresarial de la ex Formosa, contando con una excusa legal para invadir la isla y para cambiar unilateralmente la actual condición jurídica en el Estrecho. Taiwán propone a las autoridades de China Continental suscribir un acuerdo de protección de inversiones y que abra las puertas a los productos agrícolas.

Taiwán, República fundada en 1949, estima que la ley de Beijing ha sido redactada bajo los principios de “unificación pacífica” y de “un país, dos sistemas” dentro del marco de la Constitución de la República Popular China. En consecuencia, presentará la “unificación” como la única opción válida en las relaciones a través del Estrecho. China desea establecerse como la única fuerza que puede dominar y dar forma al desarrollo a través del Estrecho a su voluntad.

Si los planes de la Comunidad Internacional en el presente milenio están dirigidos a la reducción de la pobreza, asumir con responsabilidad el tema de China-Taiwán evitará el surgimiento de un nuevo problema, que tiene solución, a través de una adecuada mesa de negociaciones.

Fuente: El Comercio – Perú

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