Momento importante para Argelia con la celebración de estas elecciones. A fin de evitar que se produzcan incidentes, se han extremado las medidas de seguridad, no sólo en forma de efectivos de la policía, sino también con la presencia observadores electorales internacionales procedentes de la Unión Europea, Liga Árabe y la Unión Africana.

 

Previamente ha habido una carencia de estudios de opinión lo que provoca que, a la hora de hablar de favoritos y de intención de voto, haya que tener muy en cuenta la capacidad de convocatoria de la corriente política islámica, sin olvidar que en aquellos países donde ha tenido lugar la “Primavera Árabe”, el islamismo ha logrado buenos resultados en los comicios celebrados.

 

En este punto, en El País leemos que los islamistas aspiran a ser la fuerza más votada, algo que está siendo enfatizado por politólogos y analistas. De hecho, se presentan 7 listas, destacando el Movimiento de la Sociedad para la Paz, que mantiene buenas relaciones con Bouteflika, Presidente de Argelia. El partido que históricamente ha gobernado Argelia, FLN, consciente de las dificultades que puede tener para ganar, durante la campaña electoral se ha mostrado partidario de hacer concesiones en forma de carteras ministeriales.

 

Para La Vanguardia, estas elecciones se celebran en medio de la incógnita islamista. En su reportaje sobre estos comicios nos da un dato extremadamente importante: hay mucha gente en Argelia que no tiene previsto votar, bien porque no tiene hábito, bien por ausencia de interés. En cuanto a los posibles resultados, es posible que nos encontremos con una cámara fragmentada.

 

En El Mundo leemos que los partidos islamistas están convencidos de que ganarán las elecciones y para ello nos ofrece el extracto de la entrevista que este diario hizo a Fateh Rebai, líder de En Nahda: “si los comicios son limpios y creíbles, obtendremos la mayoría” y añadió que su partido representa al verdadero islamismo que “hunde sus raíces en la sociedad argelina”. De ganar esta formación, uno de los grandes objetivos que se ha marcado es transformar el sistema político argelino, esto es, que pase de uno presidencialista a otro parlamentario en el cual “se respeten los derechos civiles de todos los ciudadanos”.