El conflicto interno de Repsol si interesa al Gobierno. El viernes, Industria aseguraba que se trataba de un asunto que concierne a una empresa privada. Ahora, Sebastián se ha ofrecido a mediar.
Antes dijo que no opinaba
Tras la presentación de un informe elaborado por las asociaciones empresariales europeas del sector de las Tecnologías de la Información y las Comunicaciones (TIC), el ministro de Industria, Miguel Sebastián, aseguró que está dispuesto a intervenir para resolver el conflicto surgido entre la dirección de Repsol, que mantiene Antonio Brufau, y Sacyr, el principal socio de la petrolera.
En una intervención ante los periodistas, Sebastián dijo que el Gobierno “siempre” está dispuesto a “echar una mano” en cuestiones que atañen a empresas tan importantes como lo es Repsol. Indicó, no obstante, que si la empresa no reclama su mediación no intervendrá porque se trata de una entidad privada y cuestión de Gobierno corporativo.
“Estamos a disposición del presidente (de Repsol) si creen que podemos hacer algo, pero si no nos llaman no vamos a intervenir”, indicó y añadió que le “preocupa” que se produzca “algún daño a la imagen de una empresa estratégica para España”.
Y es que el viernes pasado, Sebastián había señalado que el Gobierno socialista confiaba plenamente en los accionistas de la petrolera y en su presidente, Brufau. Respecto al enfrentamiento declaraba que no opinaba de los problemas internos de las compañías.
Pero y según informa el periódico El País, el presidente de Sacyr, Luis del Rivero, ya se habría puesto en contacto con el Ministerio de Industria para explicar el conflicto abierto al interior de Repsol, una de las más importantes de España. La situación se complica porque las diferencias estallan en plena presidencia española de la Unión Europea.
Los conflictos al interior de la petrolera quedaron patentes el pasado viernes cuando la dirección de Repsol convocó al consejo de administración extraordinario para ratificar a Brufau y su Plan Estratégico. A la reunión no asistieron los tres consejeros de Sacyr.
Los responsables de Sacyr están en desacuerdo con el trabajo de Brufau respecto a su política de inversiones que, según el Plan Estratégico, entre 2008 y 2012 superaran los 32.000 millones de euros. Además, están en desacuerdo con la política de dividendos que para la cuenta de 2009 registrarán una reducción del diecinueve por ciento.
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