El Valencia, firme en la Liga con cuatro puntos de ventaja sobre el Madrid, se prepara para el asalto final de la UEFA frente al Marsella el próximo 19 de mayo.

Deportes
El billete para Gotemburgo lo logró Mista tras un penalti cometido por Belletti. El Valencia, firme en la Liga con cuatro puntos de ventaja sobre el Madrid, se prepara para el asalto final de la UEFA frente al Marsella el próximo 19 de mayo. El grupo de Benítez no necesitó nada de virtuosismo y sí de su habitual solvencia para dejar fuera a un Villarreal que vendió caro su pellejo pero que no produjo nada en los metros finales.

El Valencia sueña con el doblete. El líder sólido de la Liga no dejó escapar la final de la Copa de la UEFA, que tan cerca tenía. Ahora acaricia la hazaña. En Liga lo tiene muy favorable, pero en el torneo europeo tendrá que luchar lo suyo para derrotar al Olympique de Marsella. La euforia ché llega además con una victoria en el derbi regional, ante el Villarreal, más dulce si cabe.

Los castellonenses han hecho lo que han podido ante un equipo al que parece prácticamente imposible meterle un gol. La solvencia defensiva del Valencia roza la matrícula de honor. El ´general´ Ayala es inexpugnable en la retaguardia. Junto con Marchena, lleva los galones de una de las zagas más seguras de Europa. Con menos autoridad, pero con mucho oficio, trabajaron a destajo tanto Garrido como Curro Torres. El valenciano tuvo especial trabajo con José Mari, que lo intentó una y otra vez, aunque con poco éxito.

El partido tuvo dos fases. La primera fue la valencianista, que duró hasta que Mista transformó el penalti. La segunda, desde ese minuto 15, hasta el pitido final. El Valencia salió directo a por el gol. El partido del Deportivo estaba reciente en la memoria de los jugadores y había que marcar cuanto antes para que luego el tiempo no ahogara.

Con la lección bien aprendida y en pleno acoso local, llegó la jugada de la noche. Belletti desplaza a Mista en el aire y éste cae. El penalti es absurdo por el lugar, por la forma y por el escaso peligro que llevaba el balón, pero el brasileño desequilibra al murciano en el aire, algo punible que dentro del área es penalti. El gol en contra hizo reaccionar al Villarreal. El ´submarino amarillo´ aumentó la presión en el mediocampo y se hizo con la posesión del balón para ir encerrando al Valencia atrás. El dominio de la pelota no se reflejó en ocasiones claras de gol.

Sólo Andserson con un endiablado disparo y José Mari con un pícaro tiro a la media vuelta pusieron un nudo en la garganta en los aficionados valencianistas, que abarrotaban Mestalla. El descanso no cambió el panorama.

El Villarreal era un quiero y no puedo, mientras que el Valencia se encomendaba a los contragolpes. El equipo de ´Paquito´ tuvo las ideas nubladas. El ritmo era muy lento, circunstancia que hacía los ataques muy previsibles. A esto se juntaba la poca presencia de Roger por la banda y las escasas internadas de Belletti.

Ningún jugador amarillo rompió ni desequilibró. Riquelme tuvo poco protagonismo y Anderson se aburría desasistido en punta. El partido fue muriendo hasta que Vicente entró en el campo y dejó varios destellos de calidad. Su entrada animó al equipo y entonces llegaron las ocasiones de Mista y Albelda, pero la noche no era la de los delanteros.
 
El Valencia se conformó con el resultado y supo guardar bien su renta. No hubo sorpresas finales y será el representante español el 19 de mayo en Goteborg. Es su séptima final europea. A pesar de no haber alcanzado la final, la proeza del Villarreal merece su celebración. El equipo ha hecho algo histórico y puede presumir de haber eliminado a equipos tan célebres como el Roma o el Celtic.

Se han quedado a un paso del sueño, pero han marcado el camino para futuros participaciones europeas. Además, han hecho disfrutar a su afición y a todo el país con sus gestas.