En sus primeras horas como presidente, Zapatero ha tomado una decisión que ha sorprendido a todos por su premura. Las reacciones políticas han sido dispares.

PRIMERA DECLARACIÓN
Era su primera comparecencia como presidente del Gobierno desde la Moncloa. En
un anuncio inesperado, Rodríguez Zapatero dijo que había cursado la orden a su
ministro de Defensa José Bono para que las fuerzas destacadas en Iraq regresen
“en el menor tiempo posible y con la mayor brevedad”.

Según sus propias
palabras, “con la información que disponemos, no es previsible una resolución de
la ONU” que satisfaga las condiciones de España. El ya presidente indicó que la
decisión “responde a mi voluntad de hacer honor a la palabra dada. El gobierno
no quiere ni puede actuar de espaldas a la voluntad de los españoles” e insistió
que se justifica además en el “propósito de contribuir a la lucha de la
comunidad internacional contra el terrorismo desde la legalidad
internacional”.

Con todo, Rodríguez Zapatero prometió a la comunidad
internacional que España será “un aliado fiel de sus socios y cumplirá los
compromisos internacionales, especialmente en relación con las misiones de paz y
seguridad”.

Además, informó de que ha comunicado personalmente su
decisión al secretario general del PP, Mariano Rajoy, y ha pedido al presidente
del Congreso, Manuel Marín, la convocatoria urgente de un pleno de la Cámara
para que el Gobierno informe de las razones y su alcance.

Por otra
parte, la agencia Reuters informó ayer de la intención del nuevo ministro de
Asuntos Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, de ofrecer a EEUU la sustitución de
las tropas españolas en Iraq por asistencia no militar. Su intención sería
plantear esta propuesta cuando visite Washington esta semana.

Moratinos,
en su encuentro con el secretario de Estado, Colin Powell, defenderá que España
se compromete a ayudar en la reconstrucción de Iraq y ayudar en la búsqueda de
la estabilidad y la democracia.

Reacciones

Mariano Rajoy criticó ayer la
decisión porque, en su opinión, “hace a España más vulnerable”, y acusó al
presidente de no haber dicho la verdad cuando le preguntó en el Congreso de los
Diputados sobre sus planes concretos en Iraq.

En su opinión, la decisión
de Zapatero obedece “a otro tipo de compromisos”, a “razones internas” y no a
resolver los problemas de los iraquíes. “Nada se sabe de cuál va a ser la
contribución” del Gobierno socialista a la reconstrucción y la seguridad de los
iraquíes, señaló.

El resto de partidos con representación parlamentaria
mostraron ayer su apoyo a la decisión de Zapatero.