“Juncker es un hombre de Luxemburgo, un país del tamaño de dos tercios de un estudio de grabación, y, conforme a los acuerdos gregarios de la UE, ocupa el puesto de “presidente” sin nada tan tedioso como que “el pueblo ordinario” tenga que votarle para el cargo. Sus observaciones capturan precisamente la diferencia entre la nueva Europa y la república norteamericana.”
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