América, Economía y Sociedad

Bolivia: La fiesta continúa

Los indicadores macroeconómicos reflejan cifras positivas y la población disfruta de un elevado movimiento y circulación del dinero, lo que estimula el consumo y la construcción inmobiliaria. Sin embargo, varias amenazas ponen en duda la sostenibilidad de esta supuesta bonanza.

La prestigiosa revista inglesa The Economist publicó recientemente un artículo titulado La fiesta se acabó (The party is over), en el cual analiza las crisis económicas que experimentan Argentina y Venezuela después de varios años de auge económico, en los cuales sus gobiernos administraron millones de dólares en ingresos extraordinarios por el llamado superciclo de los precios de las materias primas. En Bolivia, por el contrario, podríamos decir que la fiesta continúa, la pregunta es hasta cuándo.

Efectivamente, los indicadores macroeconómicos reflejan cifras positivas y la población disfruta de un elevado movimiento y circulación del dinero, lo que estimula el consumo y la construcción inmobiliaria. A diferencia de Argentina y Venezuela, el Gobierno boliviano parece tener claro que el anterior Gobierno socialista en el país (UDP, 1982-1985) tuvo que finalizar anticipadamente su mandato por la hiperinflación. Sin embargo, varias amenazas ponen en duda la sostenibilidad de esta supuesta bonanza. La mayor parte de los ingresos están concentrados en la exportación de gas natural. Si bien el Gobierno habla de incremento de la producción, en realidad lo que estamos haciendo es gastarnos más rápidamente, sin reponerlas, las mismas reservas que recibió la actual administración. Los expertos consideran que este ritmo solo podrá ser sostenido hasta 2017, pues los pozos comenzarán a declinar y cualquier desarrollo de reservas adicionales demorará entre ocho y diez años, a partir del momento en que se aprueben nuevas condiciones que hagan atractiva la inversión en el sector. La renegociación del contrato con Brasil, que vence en 2019; las oscilaciones de los precios internacionales y la posibilidad de incumplimiento en los pagos de Argentina son factores de riesgos adicionales.

Si a esto sumamos el permanente aumento del gasto público, lo que en algún momento puede ocasionar una crisis fiscal y unas reservas internacionales altas, que son usadas para financiar empresas públicas ineficientes, de nula transparencia y con problemas de corrupción, la economía nacional deberá afrontar problemas importantes en el próximo quinquenio. En Bolivia, la fiesta continúa, la pregunta es hasta cuándo y qué tan grave será la resaca.

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