J. R. Estévez Pozo .- Nicaragua vuelve a ser una tierra que acoge a etarras españoles huidos. Según informa abc.es, la justicia española tiene indicios de que en el país centroamericano están refugiados varios miembros de ETA, sobre todo, después de que Daniel Ortega regresara al poder en noviembre de 2006.
AMÉRICA / Según ABC
Antes de abandonar su anterior mandato en 1990, el régimen de Ortega otorgó la nacionalidad nicaragüense a una veintena de etarras allí acogidos, a fin de blindarles ante futuras demandas de extradición por parte de la Justicia española. Su sucesora, Violeta Chamorro, se alió con la Justicia española y puso los medios para que Nicaragua dejara de ser el “santuario” de ETA.
Gracias a Chamorro, el 31 de mayo de 1993 las autoridades de Managua entregaron a España a los sanguinarios etarras Javier María Larreategi Cuadra, “Atxulo”; Francisco Javier Azpiazu, y Sebastián Etxaniz Alkorta, “Sebas” quienes, junto a otros elementos de la banda, habían trabajado para el Ministerio del Interior sandinista.
Pero con la vuelta al poder de Ortega en 2006, los Servicios de Información han detectado diversos movimientos que apuntan a la entrada en Nicaragua de etarras prófugos de la justicia española.
Las fuentes consultadas por ABC precisan que, de momento, no hay datos como para considerar que el grado de complicidad de las autoridades de Managua a la hora de cobijar a estos pistoleros pueda llegar a los escandalosos niveles alcanzados en la década de los 80 y principios de los 90.
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