América, Economía y Sociedad

El calvario de las viñetas

Cada año, todo vehículo en Bolivia debe pasar una “inspección técnica” y recibir una viñeta sin la cual, el conductor del vehículo es sujeto a constantes chantajes por parte de los policías.

Pongo la palabra “inspección técnica” entre comillas, porque en muchos casos no hay mucha inspección, y siempre se puede conseguir la viñeta con unos pesos más. Para muestra de la inutilidad de la medida, uno puede ver cualquier cantidad de vehículos destartalados circulando y lo que es peor, botando humo negro de los caños de escape. Prácticamente cualquier microbús está en un Estado deplorable y contamina la ciudad como si fuera un tren a carbón y sin embargo tiene su viñeta.
Pero lo más molesto es que para conseguir la viñeta uno tiene que hacer colas interminables, para cumplir con un trámite que en realidad no sirve para nada. Y es que la Policía no puede robar a mano armada, pero de alguna forma tiene que melear y nada mejor que argumentado que hacen una inspección para asegurar que los vehículos estén en buen estado. Entre los requisitos para aprobar la inspección están el tener llanta de auxilio, gato hidráulico, llave, un triángulo fosforescente y un extinguidor de incendios. Por supuesto, si hacemos una inspección a los vehículos que utiliza la Policía, veremos que casi ninguno (o tal vez ninguno) cumple con estos requisitos. ¡Y ellos son los encargados de revisar que todos los vehículos cumplan! Cabalmente alguien me comentaba que hace unos días encontró a un vehículo de la policía fuera de su casa con la llanta pinchada y tuvo que prestarles llave y gato para que la lleven a parchar, porque tampoco tenían llanta de auxilio.
Si fuéramos una sociedad más honesta, nos evitaríamos la farsa y la molestia de tener que perder horas haciendo colas para obtener una viñeta que no sirve para nada y simplemente subiríamos los impuestos a los vehículos para darle a la Policía lo que se embolsica con el artilugio de la inspección técnica. Ganarían todos: los usuarios porque nos ahorraríamos las colas y las pérdidas de tiempo y la Policía que no tendría que gastar recursos para cobrar el impuesto.
Por supuesto, los gobernantes tienen que mostrar que velan por el bien de todos y los funcionarios públicos aparentar que trabajan a toda máquina, por tanto no conviene acabar con la farsa.

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