Algunos de los integrantes del violento grupo criminal mafioso, de origen marroquí, denominado “Mocro Maffia” están hoy siendo juzgados por los tribunales holandeses, cerca de la ciudad de Amsterdam. Hablamos de unos 17 integrantes de esa peligrosa banda delictiva, que han sido ya felizmente detenidos.

Por ello, el primer ministro holandés renunciante, Mark Rutte, está siendo objeto de una protección policial en materia de seguridad muy especial, al conocerse que podría haber sido raptado por el mencionado grupo criminal para tratar de obtener así la liberación de sus integrantes que están en manos de la justicia holandesa, en una suerte de grotesco trueque o increíble “quid pro quo”.

Lo cierto es que Rutte ya no viaja ni circula más en bicicleta, sino en autos blindados, custodiados fuertemente. Toda una señal de realismo frente a la preocupación descripta.

Particularmente, desde que se asesinara cobardemente a un periodista de investigación que aparentemente seguía muy de cerca los pasos de los mafiosos. Lo que se suma al asesinato de un conocido abogado que, también él, estaba especializado en temas criminales graves del narcotráfico.

El conflicto, hasta ahora relativamente sordo, ha tomado estado público y preocupa cada vez más, dentro y fuera de Holanda.

(*) Ex Embajador de la República Argentina ante las Naciones Unidas.