China y Rusia tratan, ambas, de sacar alguna ventaja geopolítica del evidente fracaso militar norteamericano en Afganistán

Afganistán es conocida como “el cementerio de los imperios”. Desde lejanas épocas, según Benjamin Parkin. Las de Alejandro Magno y de Genghis Khan.

Entre ellos, ahora están los Estados Unidos, que invadieran a Afganistán inmediatamente luego de los tremendos atentados terroristas del 11 de septiembre de 2001, derribando al régimen “Taliban” que entonces gobernaba al país y estaba abiertamente vinculado a Al-Qaeda. Pero que hoy, increíblemente, está nuevamente con el poder afgano en sus fanáticas manos.

Hablamos de las distintas guerras entre afganos y británicos desarrolladas entre 1839 y 1919. Así como de la invasión soviética entre 1979 y 1989. Y de la invasión de los Estados Unidos y de los países de la OTANdese el año 2001 al año 2021.

Hoy, China y Rusia tratan, ambas, de sacar alguna ventaja geopolítica del evidente fracaso militar norteamericano en Afganistán, que culminó con una retirada muy desordenada y realmente caótica, con la que se puso fin a veinte años de frustrante presencia militar en el complejo país centro-asiático.

China, con el apoyo amplio de Rusia y de la siempre intrigante Paquistán, no enviará previsiblemente contingentes militares a Afganistán. En cambio, desarrollará amplios proyectos económicos y de infraestructura, hoy indispensables para poder comenzar a reconstruir a un país sumamente pobre, devastado por la catarata de violencia continua conformada por la seguidilla de duros conflictos bélicos antes señalados. Sin solución de continuidad.

No será una tarea fácil para China la de lograr “normalizar” a Afganistán, que todavía es una nación gobernada por un movimiento (el de los llamados “Talibanes”) aún concretamente definido como “terrorista” por las Naciones Unidas.

Particularmente, mientras China persigue implacablemente a la minoría de los “uigures” que, como los afganos son, también ellos, un grupo étnico primitivo que contiene a fanáticos musulmanes.

(*) Ex Embajador de la República Argentina ante las Naciones Unidas.