En su discurso final,
el monarca Abdulaziz alabó los logros de Turkmenistán en lo que respecta al fortalecimiento de su estabilidad política, su desarrollo económico y su apoyo a las decisiones de la alianza de los países que integran el Consejo de Cooperación del Golfo (CCG) para combatir el terrorismo islámico.
Pero el rey también se refirió a otros temas que preocupan a Oriente Medio y el mundo. Así, expresó su esperanza de que "la comunidad internacional tenga éxito en la búsqueda de una solución a la crisis de la guerra civil siria", pero, en término enfáticos, pidió por primera vez de forma pública a Irán "dejar de intervenir en los asuntos internos de los países de la región y abstenerse de apoyar a milicias terroristas y facciones armadas".
Abdulaziz envió un mensaje a la comunidad internacional para solicitar que impida tales acciones de la República Islámica de Irán que estimulan la discordia y la muerte en el mundo árabe. "Las políticas persas para la región son malvadas", ha declarado la Cancillería saudita al periódico libanés An-Naha, en claro apoyo al discurso del monarca.
Por su parte, el presidente
Berdimuhamedow hizo hincapié en las fuertes relaciones entre
Arabia Saudita y su país y remarcó la necesidad de desarrollar, promover y apoyar todos los esfuerzos que tienen como objeto lograr la seguridad y la paz en la región y el mundo,
indicando que no es Arabia Saudita sino Irán el que trabaja todos los días para desestabilizar la región a través de sus grupos terroristas satélites, como Hezbollah en Líbano y Siria, los chiitas de
Yemen y la penetración del régimen de Teherán en los grupos terroristas palestinos como Hamas y la Yihad Islámica Palestina.
Mientras tanto, al mismo tiempo en Kuwait se llevaban a cabo deliberaciones del Consejo de Seguridad de los Países del Golfo, que se mantenían pendientes de lo que acontecía en Riad y profundizaron aspectos de la aplicación de la resolución ONU 2216, a la vez que ratificaron la sindicación del régimen iraní como el gran actor de la discordia y los problemas regionales por su inocultable expansionismo y subvención económica y armamentista a grupos terroristas que conspiran contra la estabilidad de la región y la paz mundial.
En rueda de prensa, el enviado especial de la ONU a Yemen, Ismael Sheikh Ahmed, dijo que las dos partes en el conflicto han llegado a la conclusión de continuar negociando luego de la primera sesión. En cuanto a los resultados de la reunión, las partes acordaron tres referencias que figuran en el núcleo de las negociaciones, siendo la primera la resolución 2216 de la ONU. El segundo punto es la iniciativa de los países del Golfo y el tercero es la implementación de un discurso nacional integral, dejando de lado la influencia persa-iraní.
El enviado especial de la ONU declaró que la secta de los hutíes (una parte de la delegación de la insurgencia que participo en las conversaciones) ha presentado una propuesta que ofrece la retirada sin concesiones y el cese de sus actividades militares dentro de Yemen.
El enviado de Naciones Unidas señaló que las negociaciones están en la dirección correcta. "Hemos recorrido un largo camino y hay una determinación presente en común para llegar a una solución, también trabajamos sobre un conjunto de prioridades para alcanzar una tregua", dijo al periódico panárabe As Sharq al Awsat.
Mientras tanto, el presidente yemení Abd Rabo Mansur Hadi confirmó, por escrito, al secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, que su país y la administración están muy interesados en trabajar con su enviado y con Arabia Saudita para lograr una paz sostenible, tanto en su país como en la región.
La Cancillería iraní no se ha pronunciado sobre las palabras del rey Salman ni los eventos de la cumbre o las declaraciones del enviado de Naciones Unidas.
© Infobae