Oriente Próximo, Política

Elecciones en Irán: “los huérfanos de Rafsanjani” vs. los soldados de Khamenei

Cualquiera de los candidatos que sea electo puede desempeñar un papel clave en la determinación de quién sería el próximo “Guía Supremo”.


Muchos especialistas en política iraní sostienen que la próxima elección presidencial no será más que un show de fuegos artificiales y otros aseguran que, cualquiera sea el resultado, traerá escasos cambios en el comportamiento de Irán.

Sin embargo, según la prensa persa, las elecciones presidenciales del próximo viernes 19 de mayo tienen dos motivos de interés:

En primer lugar, podrían considerarse como la versión iraní de las "primarias" estadounidenses celebradas por los partidos republicano y demócrata, aunque en Irán estarían divididas en por lo menos cuatro facciones rivales, y con la diferencia de que el establishment gobernante en Irán es, de hecho, un solo bloque político. Por lo tanto, la elección presidencial será un medio para determinar a qué facción se le permitirá mantener las riendas del poder por los próximos cuatro años.

Pero las presidenciales de este año son de interés por otra razón más.

Cualquiera de los candidatos que sea electo puede desempeñar un papel clave en la determinación de quién sería el próximo "Guía Supremo".

"Es muy posible que Ali Khamenei desaparezca físicamente dentro de los próximos cuatro años dada su enfermedad y su edad", dijo a EFE el analista político iraní Hadi Keshtmand. "De hecho, la especulación sobre su sucesión ha comenzado hace mas de dos años".

Para Al-Jazzira, "el próximo presidente puede escalar posiciones raudamente para convertirse en Guía Supremo. Y si no lo hace, tendría la voz autorizada para decidir quién ocupe el cargo mas alto del régimen".

La BBC de Londres destaca otra característica relevante de la elección, que es la fuerte posibilidad de que el actual presidente Hassan Rouhani se convierta en el primer presidente de la República Islámica en no lograr un segundo mandato. Hay señales en círculos poderosos dentro del establishment que piensan que se cumplió su tiempo de utilidad como el rostro sonriente del régimen para actuar la comedia del "diálogo" con el ex presidente estadounidense Barack Obama.

"Obama y el Secretario de Estado John Kerry se han ido, ya no pueden hacer nada por Irán, no tiene sentido que el régimen mantenga a Rouhani en este escenario bien distinto con la presidencia de Donald Trump", afirmó Hushang Amir-Ahmadi, un profesor universitario iranio-estadounidense.

Mas allá de algún éxito en política exterior, la presidencia de Rouhani no ha sido buena. El Comité Islámico de Economía del Majlis informó que la inflación puede llegar al 50 % a finales de 2017. El Majlis (parlamento iraní) también confirmo que el desempleo juvenil supera el 25 %, y que cientos de empresas privadas se han declarado en quiebra. "Los índices oficiales coinciden en que hoy Irán es más pobre de lo que era hace cuatro años. La promesa de Rouhani de que un torrente de inversiones extranjeras llegaría a Irán después de firmar su acuerdo nuclear con Washington no trajo un solo centavo", dijo el profesor Ahmadi.

Rouhani está en baja y sufre duros ataques de figuras poderosas como el alcalde de Teherán, Muhamad-Baqer Qalibaf, que acusó al presidente de haber llevado a la República Islámica a una "profunda crisis económica". Qalibaf, que ya se presentó a la presidencia en dos ocasiones anteriores, se ha mostrado combativo en los debates televisados y viene subiendo en las encuestas, al punto que, según algunas, compite por el segundo lugar con quien hasta ahora era visto como el principal rival del Rouhani, Ibrahim al-Raisi.

El ayatollah Raisi, a cargo de la Fundación "Shrine", el segundo mayor conglomerado económico de Irán después de la Empresa estatal National Oil. Al-Raisi pertenece a la generación más joven de radicales khomeinistas que han crecido mucho políticamente. En su tiempo fue nombrado por Khomeini como fiscal de Karaj, al oeste de Teherán cuando apenas tenia 19 años, y obtuvo gran reputación por lograr varias sentencias de muerte contra opositores. También fue fiscal islámico en Teherán y uno de cinco hombres que recibió un permiso del fallecido ayatollah Khomeini para imponer penas de muerte obviando los canales legales normales. En 1988 formó parte de un comité que organizó la ejecución de más de 4.000 presos políticos en solo un fin de semana.

Al-Raisi tiene otros activos. Nació en Mah'shad, el lugar de nacimiento del "Guía Supremo" Ali Khamenei, y es el yerno del ayatollah Alam Al-Hoda, el líder de los clérigos más radicales dentro del régimen. También lleva "turbante negro", lo que indica que es Ahl al-Beit (descendiente directo del Imam Ali). Algunos clérigos afirman que sólo aquellos con tal linaje están verdaderamente comprometidos con el Régimen. Mientras que Rouhani, como el fallecido ex-presidente Rafsanjani eran "turbantes blancos", a quienes se considera "gente inferior".

Sin embargo, Al-Raisi no es el único candidato con que los radicales pueden vencer a Rouhani. La Guardia Revolucionaria Islámica, también tiene dos candidatos. Uno de ellos es el ex Asesor de Seguridad Nacional Saeed Jalili que ya esta en campaña. Jalili, también es nativo de Mas'hhad, y cercano a Khamenei, comparte ademas su fuerte anti-americanismo, su odio a Israel, la visión de una alianza estratégica con Rusia y la continuidad militar de Irán en Siria.

Otro candidato radical es el ex miembro del Majlis Mehrdad Bazrpash. Un gran orador que elevó su perfil oponiéndose duramente al acuerdo nuclear entre Rouhani y Obama. Aunque en las últimas elecciones parlamentarias perdió su banca porque muchos iraníes esperaban que el "acuerdo nuclear" impulsaría la economía. Eso no ocurrió, y Bazrpash ahora dice a quien lo escuche: "Yo dije eso y tuve razón". Bazrpash tiene fuerte respaldo del diario Kayhan, que apoya a Khamenei.

La BBC muestra su asombro ante la no presentación de ningún candidato de la Guardia Revolucionaria Islámica, que decidió no presentar a nadie de sus filas. El ex comandante del CGRI, general Mohsen Rezai, no estará en esta elección. Y los trascendidos sobre el ex jefe del CGRI, Rahim Safawi, no han sido mas que rumores.

Otro sector radical, pero mas populista, también tiene su candidato: es Hamid Baqai un estrecho asesor de Mahmoud Ahmadinejad. El ex-presidente quiso entrar en carrera él mismo, pero fue públicamente "conminado" por Khamenei a permanecer fuera, Por lo que Baqai es su candidato sustituto aunque con pocas posibilidades de ganar. Su candidatura es un acto de presencia de la facción de Ahmadinejad, que representa una mixtura de Islam y nacionalismo persa como una nueva versión del islamismo radical.

La restante facción, conocida como "los huérfanos de Rafsanjani" espera que Rouhani pueda presentarse a un segundo mandato.

Como están las cosas hoy, es muy probable que la facción radical, vinculada a Khamenei recupere el control de la presidencia desalojando a Rouhani. Con Obama fuera de juego ya no resulta útil. Los radicales acataran lo que Khamenei decida, y es muy posible que él se incline por regresar a la linea más dura del legado de Khomeini.

Si ningún candidato supera el 50% de los votos este viernes, el viernes siguiente se llevará a cabo el ballotage entre los dos más votados.
 

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