Política

Irán promete que proseguirá con su programa nuclear a pesar de las advertencias de la AIEA

El presidente iraní Mahmud Ahmadinejad provocó la indignación en un momento muy inoportuno, ya que el 24 de noviembre la Agencia Internacional de Energía Atómica (AIEA) vuelve a debatir la cuestión iraní y podría decidir enviarla al Consejo de Seguridad de la ONU, que puede dictar sanciones. Rusia rechaza este recurso, pero reconoció que en los últimos días Irán ofreció “un argumento más” a sus adversarios.

Dice no querer depender de la ayuda extranjera para alimentar sus centrales nucleares
Las polémicas declaraciones del presidente iraní, Mahmud Ahmadinejad, en especial sobre Israel, corren el riesgo de aumentar el aislamiento internacional de Irán, además de poder provocar sanciones contra sus actividades nucleares y movimientos de protesta internos.

Irán, que se empeña en impedir que su desarme nuclear se debata en el Consejo de Seguridad de la ONU, consiguió que éste lo condenara el viernes por las declaraciones del miércoles del presidente sobre Israel. “Como dijo el imán (Jomeini), Israel debe ser borrado del mapa”, dijo. Esas palabras, criticadas por el anterior presidente, Mohamed Jatami, se añaden a las crecientes protestas en el interior del país por la ausencia de las reformas económicas prometidas.

Teherán aceptó en noviembre de 2004 suspender un programa de enriquecimiento de uranio respondiendo a la petición internacional, pero en agosto de 2005 lo reanudó porque dice no querer depender de la ayuda extranjera para alimentar sus centrales nucleares.

La política de diálogo que defienden los europeos frente a la preferencia de Estados Unidos por la confrontación “ya estaba en coma”, estima un diplomático europeo. “Creo que hoy ya podemos firmar su certificado de defunción”. El Reino Unido, uno de los interlocutores privilegiados en la cuestión nuclear, levantó la voz y el primer ministro, Tony Blair, advirtió a Teherán del riesgo de convertirse en “una amenaza real”.

Ahmadinejad provocó la indignación en un momento muy inoportuno, ya que el 24 de noviembre la Agencia Internacional de Energía Atómica (AIEA) vuelve a debatir la cuestión iraní y podría decidir enviarla al Consejo de Seguridad de la ONU, que puede dictar sanciones. Rusia rechaza este recurso, pero reconoció que en los últimos días Irán ofreció “un argumento más” a sus adversarios.

Ahora la diplomacia iraní intenta reparar los daños, pero su tarea sería más fácil si las intenciones de su presidente fueran más claras. “Quizá los radicales intentan aislar Irán y piensan que es la única manera de preservar los valores revolucionarios”, según el analista Saeed Leilaz. Pero “poco a poco está surgiendo en Irán un clima desfavorable a la política exterior del gobierno, también entre los conservadores”, y ya se han oído voces en favor de que la cuestión nuclear la gestionen otros, añade.

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