Para Néstor Kirchner su primer año de presidencia se ha saldado con un resultado positivo, aunque las dificultades económicas y estructurales persisten.
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Lunes, 09 de diciembre 2024
Para Néstor Kirchner su primer año de presidencia se ha saldado con un resultado positivo, aunque las dificultades económicas y estructurales persisten.
DECLARACIONES
Ni siquiera una efemérides como su primer año en la Presidencia de Argentina
ablandan el espíritu contestatario de Néstor Kirchner. En diversas entrevistas
concedidas a varios medios de su país con motivo de este aniversario, advirtió
de que en lo que le resta de gobierno tiene previsto mantener la confrontación
con las empresas privadas, los sectores políticos y las Fuerzas Armadas.
Así, en declaraciones al diario Página 12, Kirchner aseguró que
defenderá el interés general cuando presionen los intereses particulares y que
la confrontación será un escenario permanente. Lo justifica afirmando que “hay
intereses que estaban enquistados en las fuerzas de seguridad y en las Fuerzas
Armadas. A veces se reúnen y cenan”.
Según el presidente, esos grupos
intentan desacreditarlo por cualquier medio, a veces con la ayuda de algunos que
inconscientemente sirven sin querer a esos intereses porque “quieren un
presidente que tenga un poquito de poder pero no mucho”.
Todavía en el infierno
Por otra parte, insistió
en que Argentina “todavía no sale del infierno”, aunque puntualiza en entrevista
a Clarín que “subimos dos escalones”. Esta leve recuperación se concreta
en un crecimiento del 8,3% del PIB el año pasado. Remarcó además que su país
consiguió semejante nivel de crecimiento a pesar de que muchos estimaban que
apenas llegaría al 1%. Sin embargo, recordó que el país tiene una deuda externa
de 170.000 millones de dólares, con una presión durísima por parte de los
acreedores y con altísimos niveles de paro y pobreza.
El mandatario
señaló que cuando comenzó su gestión encontró un país “muy fracturado, con las
esperanzas dormidas”, con una clase política “más preocupada por el
enfrentamiento coyuntural que por un proyecto estratégico”.
En este
contexto, declaró que su objetivo desde el principio ha sido “construir un país
más justo, más equilibrado con inclusión social, que se reconstruya la clase
trabajadora, pero también la clase media”. Desde su punto de vista, “no se puede
reconstruir el país sin la movilidad social de la clase media. Fue el motor y el
hecho distintivo de nuestra Argentina nuestra clase media”, afirmó en la
entrevista a Clarín.
Ante la pregunta de cuál era su relación con
los empresarios, a los que suele criticar duramente, Kirchner respondió: “Hay
que saber conversar con ellos. Y hay que tener las manos desatadas… No tener
compromisos que le impidan a uno tomar las decisiones que tiene que tomar, que
es lo que pasó en la Argentina durante muchos años”.
Popularidad casi intacta
El presidente
argentino rechazó que se haya terminado su “luna de miel” con una sociedad que
le llegó a otorgar niveles inéditos de popularidad de un 90% al principio de su
mandato. “Pero por favor . ¿Qué luna de miel? Nunca existió. Tengo un trato
racional con la sociedad argentina. La luna de miel nunca dura más de una
semana. En la política y en el matrimonio”, aseguró.
Cuatro encuestas
difundidas recientemente por la prensa argentina indican que Kirchner conserva
una popularidad que oscila entre el 70 y el 82%, un porcentaje altísimo si se
considera el cúmulo de problemas económicos y sociales que afectan al país.
Por otro lado, el jefe del Estado declaró a Página 12 que un
problema básico que enfrentó desde que asumió el poder el 25 de mayo de 2003 fue
dejar en claro “quién gobierna. No es problema de ser o no temperamental”, y
añadió que esto le lleva a “defender el interés general cuando presionan los
intereses sectoriales. Esto no es para chicos educados”.
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