Pensamiento y Cultura

Las servidumbres del desarrollo económico español

En España, el desarrollo económico de las últimas décadas ha comportado “espectaculares incrementos en el uso de todo tipo de recursos naturales”.

ESTUDIO SOBRE CONSUMO
Coincidiendo con su 30º aniversario, el Worldwacht Institute ha publicado State of de World 2004, cuya edición española ha sido editada por la Fundación Hogar del Empleado. Esta obra aporta las investigaciones de los especialistas que trabajan en este centro y precisos análisis, tablas y gráficos que ofrecen una visión global de la situación medioambiental en todo el planeta.

Analiza cómo consumimos, por qué consumimos y cuál es el impacto de nuestras opciones de consumo sobre el planeta y el resto de los seres humanos. Pero las empresas, los gobiernos y los ciudadanos comprometidos pueden utilizar ese mismo poder de compra para favorecer la creación de mercados para productos menos nocivos, incluyendo alimentación de comercio justo, energías limpias y vehículos de pilas de combustión.

El consumismo hoy domina la mente y los corazones de millones de personas, sustituyendo a la religión, a la familia y a la política; cuando se convierte en compulsivo es la causa principal de la degradación ambiental. 

El modelo propiciado por “la avidez de las sociedades opulentas” es insostenible, advierten los expertos del Worldwatch. Cada ciudadano de la OCDE produce 560 kilos de residuos anuales de media. Aún hoy, a pesar de la existencia de fuentes alternativas, el 90% de la materia prima para fabricar papel son los bosques. El 75% de las pesquerías mundiales están agotadas o al límite; y los coches y medios de transporte consumen el 30% de la energía mundial y el 95% del petróleo. Mientras, casi 3.000 millones de almas sobreviven con menos de dos dólares al día.

José Santamarta, director de Worldwatch Institute-España, comenta a partir del estudio que, “la población crece, pero cada vez menos, y probablemente se estabilizará en las próximas décadas en unos 9.000 millones, como ya ha sucedido en la mayoría de los países industrializados”. Pero el consumo sigue creciendo, y las necesidades, como demuestra cualquier manual de economía, son infinitas.

¿Cuánto consumo es suficiente? El consumo, a partir de cierto umbral (13.000 euros anuales por persona, según las encuestas), no da la felicidad. El consumidor trabaja demasiadas horas para pagar el consumo compulsivo, y el poco ocio lo pasa en el automóvil (el estadounidense emplea 72 minutos detrás del volante) o delante del televisor (más 240 minutos diarios de promedio en las sociedades actuales). Cada vez se ve más atrapado en una espiral de consumo, endeudamiento para consumir y trabajar para pagar un endeudamiento mayor. El consumo se hace a costa de hipotecar el futuro, como en el auge del ladrillo en nuestro país.

La situación española

España aporta también su grano de arena al consumismo mundial. Elaborado por el Premio Nacional de Economía José Manuel Naredo y por el profesor Óscar Carpinterio, el capítulo español destaca que el desarrollo económico de las últimas décadas ha comportado “espectaculares incrementos en el uso de todo tipo de recursos naturales”. El gasto de energía primaria por unidad de renta crece sin cesar y está por encima de la UE a pesar de contar con el clima más benigno de Europa.

Ofrecen información inédita hasta ahora sobre los flujos físicos que han venido moviendo la economía española durante los últimos cincuenta años, con sus incidencias ambientales y territoriales, iluminando tanto teórica como empíricamente, la cara oculta del desarrollo económico español y mostrando sus servidumbres ecológico-ambientales.

Los datos ofrecidos muestran espectaculares incrementos en la utilización de todo tipo de recursos naturales (totales y per capita) desde la década de los sesenta que, lejos de moderarse, se han acentuado en los últimos años a tasas superiores a las del resto de los países ricos o industrializados. Todo lo cual, unido a la escasa sensibilidad de nuestros políticos hacia las cuestiones ecológico-ambientales, hizo que (al decir de un analista solvente citado en el trabajo) la economía española llevara camino “de convertirse en una auténtica ´peña ultrasur [anti]ecológica´, y no sólo por su ubicación geográfica” en la Unión Europea.

La conclusión es clara. “En el siglo XX hemos aprendido a crear abundancia, y en el siglo XXI el desafío será dar sentido a ese bienestar con el desarrollo que ya hemos creado”, explicó Gary Gardner, coautor del informe.

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