América

Medidas para mejorar las relaciones entre EEUU y saudíes

EL MARTES, 7 de junio, el Senador Arlen Specter tomó una medida que puede mejorar sustancialmente el difícil estado de las – algunos dirían despreciables – relaciones norteamericano-saudíes.

Stephen Schwartz

 

Specter subió a la palestra la Saudi Arabia Accountability Act del 2005; el texto fue designado Senate Bill 1171. Sus copatrocinadores son hasta ahora los Senadores Evan Bayh, Susan Collins, Tim Johnson, Patty Murray, Russ Feingold, y Ron Wyden.
 

La legislación es sucinta. El texto de la propuesta de ley presenta una condena a Arabia Saudí, dado que es principalmente un inventario de pruebas contra el reino y el papel de sus gobernantes a la hora de permitir el terrorismo. La S. 1171 convoca a los gobernantes del reino saudí a cumplir la resolución 1373 de Naciones Unidas, que invita a los estados a evitar apoyar el terrorismo, a combatir el terrorismo, y a negar asilo seguro a los planificadores y financieros del terrorismo. Como hogar del wahabismo, el culto estatal e ideología islamista que sostiene a al Qaeda y a sus aliados, el territorio saudí es un terreno rico en objetivos del contraterrorismo serio.

 

La S. 1171 precisa que el Consejo de Relaciones Exteriores concluyó hace casi tres años que Arabia Saudí es la principal fuente de respaldo de al Qaeda, y que los funcionarios saudíes se han negado a tomar medidas serias para acabar [con ella]. Hace un año el Consejo destacaba, en lenguaje incorporado a la propuesta, que ni un sólo financiero saudí del terrorismo ha sido detenido, juzgado, o "castigado públicamente" de otra manera.

 

La nueva propuesta continúa citando informes críticos con el comportamiento saudí, publicados por la Comisión Americana del 11 de Septiembre, la Freedom House, o la Comisión Norteamericana de Tolerancia Religiosa Internacional. Alude al testimonio del 2003 [ante el] Senado acerca del wahabismo, en el que David Aufhauser, el entonces consejero general del Departamento del Tesoro, llamaba al estado saudí "el epicentro" de la financiación del terrorismo global. También observa que los saudíes han financiado la mitad del presupuesto anual de Hamas, la letal banda de terror en Israel, como parte de una partida de 4 billones de dólares para fundamentalistas palestinos desde el comienzo de la segunda intifada en el 2000.

 

Por encima de todo, la Saudi Arabia Accountability Act se centra en la ausencia de compromiso serio por parte de los saudíes con los esfuerzos norteamericanos contra el terror. La obstaculización saudí a la hora de investigar a al Qaeda recuerda la obstrucción saudí de las investigaciones norteamericanas del atentado contra las Torres Khobar en 1996, en el que murieron 19 miembros del personal americano de servicio. Los saudíes han prevenido además que nuestros funcionarios entrevistaran a sospechosos de terrorismo bajo su custodia, incluyendo un sujeto saudí conocedor de planes para introducir gas venenoso en la red de metro de la ciudad de Nueva York.

 

Pero el fallo a la ahora de combatir el terrorismo sólo es parte del perjuicio saudí. La S. 1171 continúa condenando el adoctrinamiento de odio que buscan los wahabíes de financiación saudí en mezquitas y escuelas en suelo norteamericano, así como [el adoctrinamiento] por parte de clérigos en nómina oficial del reino.

 

La propuesta de ley ya ha sido presentada en la Cámara de Representantes como H.R. 2037, con el respaldo de 24 representantes, desde el Republicano Dan Burton, por Indiana, hasta el Demócrata Henry Waxman, por California. De ser aprobada, manifestará el consenso Congreso / Senado entorno a que las autoridades saudíes tienen que cooperar inmediatamente de modo completo y sin restricciones con el gobierno norteamericano en la lucha contra el terror, y cerrar permanentemente todas las organizaciones de caridad, las escuelas y otras instituciones y organizaciones que apoyen el terrorismo, ya sea dentro de territorio saudí o en el extranjero. La segunda provisión incluiría suspender los pagos a las familias de terroristas suicida en Israel.

 

EN CASO DE QUE LOS SAUDÍES no capten el mensaje esta vez, la propuesta prevé sanciones, que incluyen la prohibición de exportar tecnología militar especial al reino y la rescisión de los viajes de diplomáticos saudíes fuera de un radio de 25 millas desde sus embajadas y consulados en Washington, Nueva York, Houston y Los Ángeles. La certificación de la conformidad saudí dependería del Presidente Bush.

 

El esfuerzo combinado Cámara-Senado por obligar a los saudíes a comportarse como un país normal y respetable llega tarde, pero continúa siendo urgente. Han pasado tres años y medio desde el 11 de septiembre del 2001; 15 de los 19 pilotos terroristas de ese día eran saudíes.

 

Los clérigos saudíes continúan incitando a sus seguidores a ir a Irak a matar musulmanes chi´íes, sunníes no wahabíes, y a las fuerzas del nuevo gobierno iraquí (así como a aquellos en las filas de la coalición liderada por Estados Unidos). El día en el que la propuesta era colocada en la bandeja del Senado, un sujeto saudí, Fahd Noumán Suweilem al-Faqihi, era juzgado en Jordania por un intento [de atentado] con explosivos en la frontera de Irak con ese país.

La semana pasada, el Departamento de Estado nombró al reino saudí y a otros tres estados del Golfo [Pérsico] como los peores violadores de las leyes internacionales contra el tráfico de seres humanos. Y la supresión de fieles cristianos, hindúes, budistas y judíos, así como de musulmanes no wahabíes en el reino, continúa.

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