Oriente Próximo, Política

La ONU, alarmada por la crisis humanitaria en Siria

Stephen O´Brien, el jefe humanitario de la ONU, declaró ante el Consejo de Seguridad que incluso si se logra un acuerdo político para poner fin a la guerra, las necesidades de la población seguirán.

Stephen O'Brien, el jefe humanitario de la ONU, declaró ante el Consejo de Seguridad que incluso si se logra un acuerdo político para poner fin a la guerra, las necesidades de la población seguirán.

"Debemos recordar cuánto se ha perdido y el abismo del que Siria tiene que salir y levantarse", dijo O'Brien en su reporte mensual sobre la situación en el país árabe.

Según la ONU, la mayor parte de la población —siria, unos 13,5 millones de personas— necesita protección y ayuda humanitaria; y casi un 87% del país vive en la pobreza extrema y carecen de elementos básicos, agua potabilizada, alimentos y medicinas. "La situación de esas personas es desesperante", asevero O'Brien.

El director de la Oficina de Ayuda Humanitaria informó que desde 2011, más de la mitad de los sirios se han visto obligados a huir de sus hogares y a la fecha existen unos 6,3 millones de personas desplazadas internas, casi 5 millones registrados como refugiados en los países vecinos y 1,2 millones que han solicitado asilo en Europa.

O'Brien expresó su preocupación por la continuidad de "ataques por parte del régimen sirio (contra civiles) que están dejando saldos gravísimos". Asimismo, agregó que estas ofensivas se llevan a cabo "con total impunidad, incluso en momentos de cese del fuego".

Según ha dicho el funcionario de la ONU, los ataques y los bombardeos aéreos en varias zonas de Siria como también los combates violentos entre facciones continúan constantemente, con lo cual varias localidades siguen asediadas y sus habitantes, aislados.

Las operaciones militares contra los yihadistas del Estado Islámico (ISIS, por sus siglas en inglés) también preocupan a la ONU, dado que han resultado en gravísimos daños a civiles inocentes en las últimas semanas.

El suministro de ayuda humanitaria continúa encontrándose con muchos obstáculos, según declaro O'Brien, quien una vez más denunció las trabas y los escollos que pone el régimen sirio para que esa tarea pueda llevarse adelante en beneficio de los necesitados de ayuda urgente.

Durante todo el mes de febrero, Naciones Unidas sólo ha podido desplegar dos convoyes humanitarios, y la semana pasada, la organización se vio obligada a abortar otros dos por la inseguridad en la zona del Idlib y en cercanías de la ciudad de Homs.

O'Brien confió que las negociaciones de paz deben retomarse con urgencia para lograr avances y recordó que sólo un compromiso político puede poner fin a esa guerra. "Los ojos de toda Siria y los ojos de todo el mundo están mirando a Ginebra", dijo en referencia a la ciudad que espera nuevas conversaciones que ofrezcan una salida a la guerra civil y a la crisis política en Siria.

Otro dilema para Naciones Unidas y la Unión Europea es Turquía, declaró O'Brien. "Turquía, que antes ayudaba, ahora neutraliza, bloquea y se interpone a la tarea humanitaria", dijo el funcionario.

Según Naciones Unidas, Turquía se adentró 30 kilómetros en el territorio de Siria y lleva a cabo una operación de concentración de transportes y blindados de personal, entre otros vehículos artillados y tanques, por lo que se avizora una gran la operación militar en ciernes a la que el presidente Erdogan denominó "Escudo del Éufrates".

Hasta ahora, Turquía cumplía tres papeles claves: era puntal de Occidente en la región, ejemplo de democracia en el mundo musulmán y un puente entre Europa y Asia. Y estos tres papeles los había seguido a rajatabla. Sin embargo, en materia de acciones humanitarias, Turquía parece haber abandonado cualquier interés por colaborar en acciones de ayuda, señaló el jefe de la Oficina de Ayuda Humanitaria de la ONU.

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