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Optimista del intervencionismo

El apoyo a los más pobres y la búsqueda del equilibrio social a manos del Papa Francisco, ha llevado a ciertos sectores a calificarle de socialista.

Poco después de la elección del papa Francisco, los comentaristas comenzaron a reflexionar: ¿es el papa un socialista? Este fue el caso especialmente en Estados Unidos. Algunas de las declaraciones en su nueva encíclica papal seguramente reavivarán el debate.

Los términos que mejor podrían describir las opiniones sobre economía política del papa, tales como “peronismo sin corrupción”, “seguidor de la Tercera Vía,” o “corporativista”, son demasiado difíciles de explicar al lector u oyente promedio. Así que no es de extrañar que el adjetivo “socialista” comenzó a aparecer con frecuencia en los medios de comunicación de Estados Unidos en conjunción con “papa Francisco”, especialmente entre los presentadores populares de radio con orientación conservadora, como Rush Limbaugh o Mark Levin.

El socialismo generalmente es considerado como de izquierda, por lo que es natural que la gente se pregunte: ¿es el papa izquierdista?

Como soy economista, a veces veo todo por el lente de mi disciplina. “Izquierdista” en mi vocabulario, significa alguien que defiende y promueve un mayor papel del Estado en la economía; que quiere ampliar el control gubernamental de los medios de producción; que promueve una redistribución que no respeta los derechos de propiedad; y que apoya y defiende los regímenes que promueven políticas similares, como Cuba o Venezuela.

Pero no todo es economía o política. Consideremos el tema de la familia, por ejemplo. Muchas ideologías de izquierda, como el marxismo, atacaron a la propiedad privada y la familia tradicional, casi con la misma pasión. En este tema, el papa no encaja en el molde del ala izquierda.

En Argentina, en su papel como cardenal Bergoglio, tuvo declaraciones fuertes contra aquellos que estaban tratando de redefinir el matrimonio. Incluso definió la iniciativa como una “campaña diabólica”. Él nunca se alineó con la rama de la Teología de la Liberación que se apoyaba en el marxismo como principal base de su economía política. Además, durante el Gobierno militar, no era un crítico tan fuerte como la izquierda esperaba que fuese.

Un izquierdista nunca habría nombrado al cardenal George Pell para ser el primer prefecto de la recién creada Secretaría de Economía, que tiene autoridad sobre todas las actividades económicas de la Santa Sede y el Estado de la Ciudad del Vaticano. Pell no avala gran parte del alarmismo por el cambio climático, y entiende la importancia del papel de la libre empresa para lograr sociedades prósperas y virtuosas.

El año pasado, en un prefacio de “Pobre para los Pobres”, un libro publicado por el Vaticano, el Papa Francisco escribió: “esta es una gran verdad. El dinero es una herramienta que de alguna manera —como la propiedad— amplía y mejora las capacidades de la libertad humana, lo que le permite operar en el mundo, actuar, dar sus frutos. En sí mismo es una buena herramienta, como casi todas las cosas que el hombre tiene a su disposición que expanden nuestras oportunidades”. Pero advirtió que la misma herramienta podría ser utilizada para objetivos malvados. Unos meses después, remarcó: “el dinero es el estiércol del diablo”.

El papa piensa que si los actores clave en los Gobiernos, las empresas y la fuerza laboral, simplemente se comportaran bien, entonces todos estaríamos mejor, especialmente los pobres. Puede considerarse como un nacionalista, optimista del intervencionismo económico. Pero, ¿izquierdista? No en muchos frentes.

Alejandro Chafuen, PhD. es argentino y es el presidente de Atlas Network. También es presidente de la Fundación Educacional para la Libertad y el Centro Hispano de Investigación Económica (Hacer). Es miembro de las juntas directivas de la Fundación Chase de Virginia, el Instituto Acton, la Philadelphia Society y el Instituto Fraser. Es un miembro honorario activo de la Fundación John Templeton y miembro del consejo de Grove City College. Autor de Economía y ética: Raíces cristianas de la economía de libre mercado. Síguelo en @Chafuen.

Este artículo está en Panam Post.

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