Economía y Sociedad, Europa

Reformar los servicios públicos en tiempos de austeridad

La Confederación de la Industria Británica presenta unas propuestas basadas en la idea de que para mejorar la satisfacción de los usuarios no hace falta gastar tanto dinero.


 La Confederación de la Industria Británica (CBI) ha publicado un informe con propuestas para mejorar los servicios públicos del Reino Unido. Aunque están pensadas para ese país, también podrían aplicarse en otros. El informe se basa en la idea de que no hace falta aumentar el gasto del Estado para lograr unos servicios públicos que satisfagan las necesidades de la gente.

La CBI es la organización patronal más grande del país: representa a más de 250.000 empresas del Reino Unido. El informe, titulado Our future public services: a challenge for us all, tiene una clara orientación pragmática: pretende servir de guía al gobierno que salga elegido en las próximas elecciones generales en 2015, sea del color que sea.
 
Pese a los recortes del gasto público emprendidos por el gobierno conservador-liberal de David Cameron, el Reino Unido todavía está lejos de reducir el déficit: “Necesitamos ahorrar otros 77.000 millones para poner en orden las cuentas públicas. Lo que equivale a unas 1.200 libras por ciudadano”, explica en NewStatestman Katja Hall, directora general de la CBI. Ahora bien, añade Hall, la necesidad de equilibrar el presupuesto puede ser “una oportunidad para repensar en serio la provisión de servicios públicos y para hacerla más sostenible”.
 
La propuesta más importante del informe es que el gobierno se atenga a una “nueva regla fiscal”, que le impida gastar más de lo que ingresa. Justo lo contrario de lo que ha ocurrido en 18 de los 21 años que han transcurrido entre 1993 y 2014. Otro tope es que el gasto público no supere el 38% del PIB. Esta disciplina de austeridad se vería compensada por una serie de medidas de bajo coste que, a la larga, ahorrarían tiempo a los ciudadanos y dinero al Estado.
 
El informe recomienda una “nueva regla fiscal” que impida al gobierno gastar más de lo que ingresa
 
Más servicios públicos “online”


Potenciar la disponibilidad de los servicios públicos online es una forma barata de mejorar la satisfacción de los usuarios. El Goverment Digital Service, creado bajo el mandato de Cameron, ya agiliza un puñado de trámites: renovar el pasaporte; otorgar un poder a un abogado; consultar el saldo de puntos de los conductores; solicitar una beca estudiantil.
 
Pero lo que propone el informe es extender la digitalización a más servicios: recetas médicas descargables en elsmartphone; solicitud de citas con el médico de familia e incluso consultas a través de Internet para algunos asuntos; información online sobre todos los centros educativos de la zona (satisfacción de los alumnos, conexiones de transporte…); simplificar los procesos y trámites administrativos.
 
Otra propuesta que va en la línea de mejorar la eficacia es la unificación de servicios en la misma sede, siempre que sea posible. El informe también recomienda los contratos de colaboración con empresas privadas y el tercer sector en la provisión de servicios públicos.
 
Adaptarse a las necesidades de hoy
La reforma de los servicios públicos no puede hacerse solamente en clave de recortes económicos. Hace falta, además, poner el énfasis en lo que ganan los ciudadanos con la transformación. “Durante mucho tiempo –dice el informe–, los servicios públicos se han extendido sobre la base de estructuras existentes. Tenemos que revisarlos para ajustarlos a las necesidades de la sociedad del futuro”.
 
El envejecimiento de la población y el aumento de pacientes con enfermedades crónicas exigen cambiar el modelo de cuidado sanitario
 
La CBI recuerda que cuando se creó el Servicio Nacional de Salud (NHS), en 1948, el cuidado de los mayores no era una prioridad para la salud pública: la esperanza de vida de los británicos (60 años para los hombres y 63 para las mujeres) era mucho más baja que ahora. Por entonces había otras prioridades como las epidemias o las enfermedades infecciosas, lo que justificó que la forma de atención más usada por el NHS fueran los grandes hospitales generales.
 
Pero hoy las prioridades son otras: el envejecimiento de la población y el aumento de pacientes con enfermedades crónicas, como la diabetes, exigen cambiar el modelo de cuidado. Concretamente, el informe recomienda integrar la atención sanitaria y social a las personas mayores de forma que cada vez reciban más cuidados en sus domicilios o en las residencias.
También hay que pensar la forma de facilitar la atención primaria. Según estimaciones de la Universidad de Aberdeen, tratar en la farmacia dolencias menores como la tos o el resfriado ahorraría al NHS más de mil millones de libras al año.
 
En el caso de enfermos crónicos, el informe propone realizar en casa ciertos tratamientos especiales como la diálisis. El seguimiento de pacientes a través de la teleasistencia y otros servicios de comunicación también serviría para descongestionar los hospitales.
 
Que provea el mejor


Dado que los contribuyentes son quienes pagan los servicios públicos, el informe propone abrir un debate nacional en el que se discuta “a qué servicios hay que dar prioridad, qué podemos permitirnos y cómo se pueden prestar mejor”.
 
El debate podría estar moderado por una comisión formada por miembros de todos los partidos y con amplia representación ciudadana. Algo parecido se hizo ya con la Comisión para las Pensiones, creada en 2002 para estudiar un plan nacional de ahorro con alternativas a la jubilación temprana.
 
Un cometido fundamental de la nueva comisión sería potenciar la transparencia en la provisión de servicios públicos, para que la gente pueda contrastar con datos reales quién presta el mejor servicio al precio más razonable. Por ejemplo, en la sanidad, información sobre listas de espera, número de pacientes atendidos.

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