La cadena de supermercados Edeka, la mayor de Alemania, vació sus anaqueles de productos extranjeros en uno de sus establecimientos en Hamburgo, para denunciar el racismo y la xenofobia.

En el lugar de algunos productos habituales, los clientes se encontraron carteles como estos: “Este estante está muy aburrido sin diversidad”; “Nuestra variedad de suministros ahora conoce fronteras”; “Así es como se vacía un estante sin extranjeros” o “Seremos más pobres sin diversidad”.

Nos lo contaba el diario británico The Independent este pasado mes de agosto y por el rotativo conocimos las distintas reacciones que provocó la campaña de Edeka en las redes sociales.

Sven Schmidt, que hizo llegar algunas fotos al diario británico, expresó que le gustaba la idea, pero que había recibido algunas reacciones negativas luego de postear las imágenes en Twitter. Julia Klöckner, vicepresidenta de la Unión Cristiano-Demócrata (el partido de Ángela Merkel) alabó la campaña en las redes sociales, y se refirió a ella como una “sabia acción” que le daría a la gente una pausa para reflexionar. Marcus Pretzell, eurodiputado y miembro del partido populista Alternativa para Alemania, no estaba de acuerdo.

Luego de la iniciativa, la empresa manifestó su satisfacción por las positivas reacciones y aclaraba: “En nuestras tiendas comercializamos muchos alimentos que se producen en varias partes de Alemania. Pero solo junto con los productos de otros países es posible crear una variedad única, que nuestros consumidores valoran".

No parece que pueda decirse mucho más.