Oriente Próximo, Política

Siria: La delicada tregua en Rimland

Occidente y Rusia no cederán espacios en sus agendas de apoyos y mantendrán el pulso por finalmente ser quienes lleven la batuta en la región.


El sábado, el ejército estadounidense "bombardeó" por error posiciones del gobierno oficial sirio al "confundirlos" con DAESH, lo que obviamente generó que Rusia siendo el mayor aliado del régimen oficinal sirio, lanzara un grito al cielo por esta "lamentable confusión".
 
Resulta evidente que, a pesar de la tregua, y de los intentos de acabar con el conflicto bélico en ese país, no se va a permitir regresar a una posición anterior donde Bashar Al Assad controlaba todo, el fin de la guerra no pasa por retroceder en el desmembramiento del poder del régimen que gobierna esa nación desde principios de los 70’s.
 
De igual modo, en varias ocasiones los rusos se "equivocaron" de objetivo al atacar a DAESH y golpearon zonas controladas por la oposición siria, con la misma crítica, pero proveniente de las líneas occidentales que son los principales patrocinadores de estos grupos, al menos los que no representan un ala religiosa radical.
 
La convulsión de esa región no se acabará con la tregua actual, ni soñar en que el país se pueda regenerar después de todo lo que ha ocurrido. Más de 350 mil muertos, un territorio partido en varias zonas con liderazgos heterogéneos y la posibilidad de que no sea la última ocasión en que grupos islamistas resuciten la idea de poder conformar un califato regido por su versión radical de la ley islámica.
 
Del último punto destacar que DAESH es solamente el reflejo de los grupos ultra religiosos que no se sienten identificados con el sistema de gobierno secular que los ha regido y, por lo tanto, la opción de crear grupos de corte islamista seguirá activa, lo cual es tan evidente que esta ideología no solamente se ha extendido a lo largo de los países musulmanes, sino que han podido exportarlo a países occidentales, atrayendo nuevos adeptos a esta doctrina extremista.
 
Por su parte, la reconstrucción de Siria podría llevar varias generaciones, en el hipotético caso que la tregua lleve al final de la guerra como la hemos visto. Además, como ya se ha mencionado, quedará un país dividido y polarizado entre las diferentes fuerzas que pretenderán mantener el poder adquirido, lo que significará además un recorte en los alcances del régimen oficial, por lo que relativamente el objetivo occidental de debilitar a este aliado ruso se estaría gestando.
 
Sin embargo, el aspecto preocupante en el futuro de la región, es la incubación de grupos radicales similares a DAESH que reactiven los enfrentamientos internos en la búsqueda por volver a extender las bases de un califato, entendiendo que al menos en países tan convulsos como Irak o Libia estos grupos tienen terrenos y simpatías que aún no se logran neutralizar de manera efectiva y esto permite conservar latentes los riesgos de nuevos conflictos bélicos o de transformar estos territorios en las plataformas de reclutamiento de nuevos miembros para agrupaciones radicales tanto en otras zonas del mundo musulmán como entre las comunidades islámicas en regiones como Europa o América.
 
Occidente y Rusia, en su afán de controlar lo que Nicholas John Spykman profesor de la Universidad de Yale denominaría el “Rimland” (tierra de los márgenes) basado en la zona que su antecesor John Mackinder geopolítico inglés, denominaría el “Creciente marginal” en la teoría de la “Región Cardial” (Heartland), no cederán espacios en sus agendas de apoyos y mantendrán el pulso por finalmente ser quienes lleven la batuta en la región.
 
Estados Unidos ya ha ofrecido fortalecer el vínculo militar con Israel, aunque ya lo ha hecho con Arabia Saudita y otros aliados, mientras que por su parte Rusia fortalece posiciones con Irán y coquetea con Turquía, algo que preocupa un eventual desequilibrio de las fuerzas que cada posición tenga en la zona.

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