Asia-Pacífico, Política

Abe adelanta elecciones en Japón y las gana

El primer ministro japonés, Shinzo Abe, ha precipitado unas elecciones y las ha ganado.


 El primer ministro japonés, Shinzo Abe, ha precipitado unas elecciones y las ha ganado. Se aclararon los problemas y las dudas sobre su política económica. El Partido Liberal Democrático volverá a gobernar con el apoyo del partido Komeito, que cuenta en sus filas con muchos budistas. El LDP ha obtenido 290 votos y Komeito 35.

Se tiene asumido en Japón que el Partido Liberal Democrático no es ni partido, ni liberal ni democrático. Es muchas cosas a la vez. Ha gobernado Japón durante los periodos más largos desde el fin de la Guerra Mundial. Es el partido del establisment, el que puede hacer lo que cree que mejor conviene a los japoneses, lo que en inglés se diría el partido de las “rulling classes”, las clases dirigentes. Como ocurre en muchos países democráticos occidentales que tienen la asstucia de hacer conservadores a los partidos de izquierdas.

El primer ministro Abe fue elegido en 2012 con la promesa de sacar al país adelante después de una crisis latente que se prolonga durante casi una generación. Prometió aumentar el gasto público y controlar la inflación con la emisión constante de dinero.
Al principio todo iba viento en popa, con crecimiento sostenido. Pero duró poco. Se entró pronto en una cierta decepción hasta llegar a la recesión en la segunda mitad de este año. El señor Abe subió los impuestos lo que creó una gran repulsa social.

Convocó elecciones para obtener un mandato que le permita aumentar los impuestos un diez por ciento el año 2015. Estas elecciones no eran necesarias. La participación ha sido muy baja, el debate ha sido aburrido y mono temático. Pero Abe ha adelantado las elecciones. Y ha ganado.

Las urnas son el instrumento más adecuado para resolver las dificultades de un gobierno con su electorado. Abe no es popular en la izquierda japonesa. Pero el hecho es que se ha puesto el frente de un país otros cuatro años con una fuerza que pocos primeros ministros habían tenido en los últimos cuarenta años.

Japón ha confirmado su inclinación conservadora. Ha prometido expandir su fuerza militar y puede cambiar la tradición pacifista japonesa desde la última guerra. La crisis del capitalismo democrático occidental es más profunda de lo que se pueda pensar. La victoria de Abe en Japón es un intento de buscar una salida a las deficiencias estructurales de un sistema que está agotado. Por los mercados y por las finanzas.

Publicado en el Lluix Foix

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