Hasta hace cuarenta años, África tenía excedentes de alimentos. Pero desde mediados de los años 1970, el aumento de la producción agrícola (2,7% anual, por término medio) apenas ha superado el de la población (2,6% anual). El rendimiento es bajo y está estancado.
Por ejemplo, los cultivos de cereales en el África subsahariana se expandieron un 1,6% anual en superficie (1962-2007), frente al 0,2% en el mundo; pero las cosechas solo aumentaron un 1,2%, frente al 2% en el mundo.
Así, el continente ha llegado a gastar en un año 50.000 millones de dólares en alimentos importados, casi el doble del valor de los que exporta. Pero con eso no mejora la nutrición de los africanos, cuyo consumo de cereales y carne por cabeza es la mitad de la media mundial. Es más: África, que alberga un séptimo de la población del planeta, tiene un cuarto de las personas malnutridas.
El “misterio” es ¿por qué África se ha convertido en una importadora neta de alimentos?, como se titula un estudio publicado por la FAO. Parte de la explicación es política, dicen los autores. En general, los gobiernos africanos, tras la independencia, quisieron favorecer la industria y la urbanización, y pusieron controles de precios a los alimentos, en perjuicio de la rentabilidad de la agricultura. Por su lado, los países ricos, que acumulaban excedentes, implantaron aranceles y subvenciones a la exportación.
La Fundación Gates se ha propuesto contribuir a que África sea autosuficiente en alimentos dentro de quince años
Además, la gran mayoría de los campesinos africanos carecen de los medios que les permitirían ser tan productivos como los de otras regiones del mundo. La mecanización es bajísima: 13 tractores por cien kilómetros cuadrados de tierra cultivable en el África subsahariana, contra una media mundial de 214, señala el estudio. Es bajo también el uso de fertilizantes. La falta de carreteras dificulta transportar eficientemente los productos a los mercados. Grandes extensiones de tierra están agotadas por el monocultivo de cereales.
La Fundación Bill & Melinda Gates, más conocida por sus programas contra la malaria y otras enfermedades, acaba de cumplir quince años y se ha propuesto la autosuficiencia alimentaria de África entre los objetivos a los que pretende contribuir en los próximos quince. Sostienen que se puede conseguir con una combinación de métodos antiguos y técnicas modernas, aunque no necesariamente de las más avanzadas.
Por una parte, los Gates quieren financiar un gran esfuerzo de extensión agraria, para enseñar a alternar cultivos –para no empobrecer el terreno–, a plantar en el momento propicio, a emplear el abono adecuado a cada caso… También quieren llevar adelantos recientes, como nuevas variedades resistentes a la sequía o a las plagas, y promover investigaciones para determinar las especies más convenientes a los distintos suelos y climas africanos.
Entre las técnicas modernas que pueden ayudar a la agricultura de África, la Fundación Gates destaca el teléfono móvil. Desde hace años, los celulares se difunden con gran éxito en aquel continente (cfr. Aceprensa, 21-09-2005), y concretamente a los campesinos les prestan servicios muy útiles: les permiten saber el precio de los productos en los mercados, cerrar tratos con compradores, pagar y cobrar de modo seguro mediante las cuentas de banca móvil asociadas al número de teléfono.
Como se ve, para que África vuelva a la normalidad, no hace falta una “revolución verde” de gran envergadura. En buena parte, basta implantar técnicas que son comunes en otras partes.
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