Australia reclama que China informe al resto del mundo acerca de la aparición de COVID-19

Un grupo de parlamentarios de 19 distintos países está haciendo un intenso llamado a que, ante la presión china, se importe esta Navidad el vino australiano que ha sido objeto de una suerte de un “patotero” boicot oficial por parte de las autoridades chinas, indignadas porque Australia (que tiene importantes corrientes turísticas con China), reclama -con toda razón y desde abril pasado- que China informe, con precisión y detalle, al resto del mundo acerca de la aparición de COVID-19 en su extenso territorio. Lo que, por su inmensa gravedad sanitaria, China debió haber hecho voluntariamente, como expresión decente de solidaridad real hacia los demás.
 
Mientras tanto, a la manera de odiosa presión, China distribuye insólitamente por todo el mundo, a través de las llamadas “redes sociales”, una fotografía (probablemente trucada) en la que aparece un soldado australiano armado con un enorme cuchillo ensangrentado, abusando presuntamente de una persona en Afganistán. Para así desprestigiar a Australia, lo que no es tarea simple.
 
Una actitud china, gracias a Dios, pocas veces vista hasta ahora. Más aún, una medida tan repugnante como repudiable, que no contribuye, para nada, a la preservación de la paz y seguridad del mundo, precisamente.
 
Y que, obviamente, desluce y afecta negativamente la ya cuestionada imagen del propio gobierno chino en el exterior, cada vez más desteñida.
 
 
 
(*) Ex Embajador de la República Argentina ante las Naciones Unidas.