China está ejerciendo una presión militar claramente creciente sobre la democrática Taiwán.

Cada día sus aviones militares y civiles incursionan, provocadora y desaprensivamente, en el espacio aéreo de Taiwán, a la manera de intimidatoria y constante amenaza, que incluye sus sistemas de radar y al capítulo cibernético, en general.

Cuando China ya no oculta sus pretensiones hegemónicas y cuenta con uno de los dos aparatos militares más poderosos del mundo, la inquietud crece en la diligente isla, con toda razón, afectando por igual a todos los taiwaneses. Parecería que la incorporación de Taiwán a China es – para China- ahora apenas una mera cuestión de tiempo. Lo que es peligroso, en extremo.

(*) Ex Embajador de la República Argentina ante las Naciones Unidas.