La periodista expulsada es Melissa Chan (de nacionalidad estadounidense), quien trabajaba para esta cadena desde 2007, siendo su corresponsal en inglés. La forma de proceder del gobierno chino ha sido no renovar su visado, nos cuenta El País, dando a su vez un dato muy importante: desde que se iniciaron las revoluciones en el Norte de África, las autoridades chinas han aumentado su censura y el control sobre la prensa.

 

Más en concreto, en fechas recientes, todos aquellos periodistas que cubrían el estado de salud del disidente Chen Guangcheng fueron convocados por el Departamento de Seguridad Pública donde “se les amenazó con revocarles el visado si incumplían las normas del país” (El Mundo).

 

Al Yazira en inglés ha tenido que cerrar su delegación en China como consecuencia de este episodio. La cadena catarí ha mostrado su disconformidad con la medida adoptada y ha emitido un comunicado que podemos leer en La Vanguardia en el cual confía en que China “valore la integridad de nuestra cobertura y de nuestro periodismo”. Melissa Chen en sus crónicas había informado sobre temas muy delicados como la confiscación ilegal de tierras agrícolas (El Universal).