Pensamiento y Cultura

Comanchería

Western ambientado en nuestros días, con personajes propios de la América profunda, ritmo impecable y atmósfera envolvente.

Una suerte de western contemporáneo que transcurre en Texas, y que quizá debería ser visto por los que aún no han asimilado que Donald Trump va a ser el próximo presidente de los Estados Unidos. Sigue a dos hermanos, Tanner y Toby, uno delincuente habitual que ha estado en la cárcel, el otro honrado y con el hogar roto pero necesitado urgentemente de dinero, que roban con el rostro enmascarado pequeñas cantidades que no puedan ser rastreadas. Les pisan los talones un veterano y astuto sheriff a punto de jubilarse, y su ayudante de origen hispano.

Taylor Sheridan, guionista de Sicario, se mueve como pez en el agua presentando una amplia galería de tipos humanos de la América profunda, gente dura y noble, lacónica aunque con la lengua larga, que resuelve los problemas a tiros, como si viviera todavía en los tiempos del lejano Oeste.

El ritmo que imprime el otras veces mediocre David Mackenzie es impecable, maneja muy bien el timing en los atracos, en el clímax y en la última escena, una especie de duelo psicológico entre Jeff Bridges y Chris Pine, excelentes en sus papeles, al igual que Ben Foster y Gil Birmingham. También resulta perfecta la atmósfera envolvente, la fotografía de esas ciudades destartaladas y el desierto y las montañas que las rodean, y la adecuada partitura musical.


Director: David Mackenzie

Guion: Taylor Sheridan.
Intérpretes: Chris Pine, Ben Foster, Jeff Bridges, Gil Birmingham, Katy Mixon, Dale Dickey. 
102 min.
Jóvenes. (DV)

© Aceprensa

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