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Jesucristo no nació en Belén, pero murió por Covid

Los que promueven los confinamientos forzados dicen “la ´guerra´ contra el virus es por la paz”, “la libertad de ´propagar el virus´, mata” y “amar es distanciarse”

Javier Sampedro miente en una columna en El País al asegurar que “El mutante del coronavirus que se ha expandido por Londres y el sur de Inglaterra, que ha suprimido vuelos, atascado camiones…”. El virus habrá infectado personas, pero la supresión de vuelos y el atasco de camiones es obra de los políticos, los gobiernos. ¡Decir la verdad! No se es periodista para mentir.

Luego dice que “El SARS-CoV-2 de nuestros amores muta continuamente, como todo virus…” entonces, como titulaba un medio inglés, “si todos los virus mutan a qué viene este pánico que quieren infundir”. George Orwell, en “1984”, escribió que se mantenía a la población en continuo miedo, con noticias que se contradicen permanentemente, para justificar un estado de emergencia permanente que justifique el totalitarismo.

Este “periodista” termina diciendo “bienvenida sea la mutación VUI-202012/01, un mensaje del cielo para cancelar la Navidad”. Confunde Cielo con el Infierno que el representa -su subconsciente lo delata cuando escribe “El SARS-CoV-2 de nuestros amores”- y da por terminada la Navidad, es decir, Cristo no nació en Belén y lo mató el Covid, sin resurrección posible.

El Estado totalitario que describía Orwell pretendía lavar los cerebros tergiversando palabras y contenidos: “la guerra es paz, la libertad es esclavitud, la ignorancia es fuerza”. Hoy, los que promueven los confinamientos forzados nos dicen “la ‘guerra’ contra el virus es por la paz”, “la libertad de ‘propagar el virus’, mata” y “amar es distanciarse”, “ignorar al prójimo es fuerza” y delatarlo un honor.

Y también hay medios que manipulan estadísticas. Infobae, por caso, publica una nota de Mike Stobbe (“Estados Unidos superó los 3 millones de muertos en un año por primera vez en la historia”) mostrando estadísticas que, aun si son ciertas, desdicen el pánico que el título intenta infundir. Dice que en 2020 en EE.UU. las muertes aumentaron 15% hasta los 3 o 3,2 millones, 400.000 más que en 2019 (2.854.838) pero admite que por Covid solo murieron 318.000, apenas la décima parte.  

Según Statista, la población de EE.UU. para fines de 2020 sumaría unos 1,8 millones más que en 2019. Así, una tasa de mortalidad del 0.88%, según Knoema, implica que normalmente en 2020 deberían morir unas 16.000 personas más que en 2019, es decir, precisamente, casi 3 millones.

No sé qué tan ciertas son estas estadísticas, tampoco lo sabe este periodista cuyo fin es crear pánico con todo el daño que eso significa para la sociedad, como que el pánico llama a la violencia al nublar el raciocinio provocando reacciones primarias.

No pretendo negar el Covid. Hay, desde científicos serios hasta burócratas pagados cuando no corruptos, que afirman desde que el virus no existe hasta que es el fin del mundo. No sé quién, si acaso alguno, tiene razón. Pero sí tengo humildad y, por ello, no impondría por la fuerza mis ideas.

Pero los que se dedican a crear pánico pretenden forzar, con el monopolio estatal de la violencia, todo tipo de violaciones al derecho humano de la libertad que, como toda violencia -ya lo decía Aristóteles- solo destruye a la naturaleza, al cosmos y, por ende, al hombre. Y sin dudas, por hambrunas y otras calamidades, en base a datos de la ONU, por el bajón económico debido a esta violencia estatal morirán cientos de millones de personas, muchas más que las que hasta en el peor de los casos hubiera matado el Covid.

Por suerte, la naturaleza es invencible frente al diminuto ser humano y, así como cayó la URSS -por su propio peso- caerán quiénes promueven la violencia y todo tipo de cercenamiento del derecho humano a la libertad, a la vida.

*Asesor Senior en The Cedar Portfolio  y miembro del Consejo Asesor del Center on Global Prosperity, de Oakland, California

@alextagliavini

www.alejandrotagliavini.com

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