América, Economía y Sociedad

La crisis económica puede dejar sin carnaval a los brasileños

Al menos cuatro ciudades optaron por no realizar el tradicional desfile de Carnaval a raíz de la peor recesión que vive ese país desde al menos la década de los treinta.


Ciudades de todo Brasil deberán despedirse del tradicional desfile de carnaval a raíz de la recesión que se vive en ese país.

Localidades como Campinas, que alberga a 3 millones de personas, en Sao Paulo; Macapá, capital del estado de Amapá; Lavras do Sul, al sur del país; y Porto Ferreira, tienen suspendidas las celebraciones carnestolendas y no se descarta que otras entidades se unan a la medida.

Las autoridades de las diferentes ciudades aseguran que el retiro de la financiación pública y la caída de los ingresos los han obligado a dejar de lado la celebración del feriado más importante de Brasil, despidiéndose en primer lugar de los desfiles oficiales.

La situación ha afectado directamente a los comerciantes y a quienes han sido proveedores de disfraces y máscaras para la ejecución y brillo de estas fiestas, lo que además podría traer implicaciones negativas en la atracción de turistas.

El año 2015 estuvo enmarcado en escándalos de corrupción que involucraron al Gobierno de Dilma Rousseff, además cerró con una profunda recesión, desempleo y un aumento histórico de la inflación.

Los precios en ese país crecieron 10,7% dejando atrás la meta propuesta por el Gobierno brasileño de 6,5%; la cifra es la más elevada desde el año 2002.

Proyecciones negativas para el 2016

De acuerdo con especialistas, el año 2016 no será mejor que el anterior. Este lunes 11 de enero, el Banco Central de Brasil presentó las proyecciones de un centenar de instituciones financieras del país, estimando que el Producto Interno Bruto (PIB) caerá 3% este año.

La producción industrial, por su parte, caería 3,45% en 2016 y avanzaría, quizás, 1,09% en 2017.Y es que el pesimismo en la sociedad brasileña se evidenció en el Índice de Confianza de los Consumidores presentado por la Fundación Getulio Vargas, en el cual asegura que la inflación de alimentos, el empeoramiento de las evaluaciones sobre el mercado de trabajo, y las dificultades para reducir el grado de endeudamiento han disminuido la confianza del brasileño en la economía de su país.

Los consumidores empeoraron sus evaluaciones sobre la situación actual y las expectativas en relación a los siguientes meses. El Índice de Situación Actual (ISA) cayó 4% (a 63,2 puntos, menor nivel de la serie), mientras el Índice de Expectativas (IE) retrocedió 0,8%, de 82,8 a 82,1 puntos”, aseguró en diciembre la Fundación.

El indicador de satisfacción con la situación financiera de la familia cayó 3,7%; de 89,4 a 86,1 puntos, alcanzando el mínimo histórico de la serie tras una secuencia de ocho meses consecutivos de caída.

El estudio coincide de alguna manera con la información emitida por el Banco Central de Brasil el pasado jueves 7 de enero, en la cual anunció que los retiros de las cuentas de ahorro superaron los depósitos en 2015 en 53.567 millones de reales, siendo el saldo negativo más elevado desde 1995.

De acuerdo con el ente financiero, la fuga histórica de los recursos se le atribuye a que el organismo elevó los tipos de intereses para combatir la inflación, convirtiéndose así el ahorro en la opción menos atractiva.

Rousseff no vio la “magnitud de la crisis”

El pasado jueves 7 de enero, la presidenta de Brasil, Dilma Rousseff reconoció que el mayor error del Gobierno fue “no percibir la amplitud de la crisis”.

La presidenta aseveró que no previó el tamaño de la desaceleración económica debido a “problemas internos y externos”; hizo referencia a la inestabilidad de economías como la China y el hecho de que su país enfrenta una de las peores sequías de los últimos 80 años.

En un encuentro con periodistas, Rousseff aseguró que en el 2016 la prioridad será el reajuste de cuentas fiscales; además aseveró que hará “todo lo posible por asegurar” un excedente primario de 0,5% del PIB para que la inflación vuelva a 6,5% por año.

Durante 2015, Rousseff debió enfrentar revelaciones relacionadas con corrupción en la estatal petrolera Petrobras en las cuales se han visto involucrados tanto funcionarios como militantes del partido de Gobierno; además enfrenta la amenaza de un procedimiento de destitución impulsado por la oposición.

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