Un informe de la OCDE sobre políticas dedicadas a las familias confirma un panorama terrible en España: baja natalidad, malas iniciativas públicas, familias en crisis y sin ayudas, incremento del paro y ausencia de perspectivas halagüeñas para las mujeres y los jóvenes. Semejante paisaje es suicida para el futuro de una sociedad como la nuestra y tiene un responsable directo en la indiferencia e inacción del gobierno socialista.

 

La realidad es que las familias españolas reciben la mitad de ayudas que los países de la OCDE. Estas ayudas apenas alcanzaron el 1,6 por ciento del PIB, mientras en otros países de nuestro entorno como Francia y Reino Unido las ayudas públicas ascienden al 3,7 y al 3,6 por ciento respectivamente.

 

Repasando el programa del Partido Popular se encuentran algunas medidas interesantes que merece la pena airear (para reclamar su cumplimiento después). Por ejemplo:

 

El reconocimiento público de las madres por su contribución insustituible al bienestar social, a la solidaridad intergeneracional y a la transmisión de la cultura.

Medidas económicas, sociales y culturales para garantizar la protección a la maternidad,

Fortalecimiento y expansión de las redes sociales de atención y acompañamiento a la mujer durante el embarazo y primera infancia.

Medidas de protección de la maternidad, que abarcarán todos los ámbitos de actuación de las administraciones.

El embarazo y la maternidad no serán causas de exclusión laboral de las mujeres. Ninguna mujer puede ser objeto de perjuicio o discriminación laboral por motivo de su embarazo o maternidad.

Medidas de apoyo en todo tipo de actividades económicas y sociales para la conciliación de la vida familiar, personal y laboral, con especial atención a las necesidades familiares, la defensa de la maternidad y la igualdad de oportunidades.

Modelo de horario flexible y racional en nuestras administraciones que permita a los empleados públicos hacer efectiva la conciliación, y favoreceremos la adopción de dichas medidas en el ámbito empresarial.

Planes dirigidos a la orientación, prevención, apoyo, información y seguimiento de familias en situación de dificultad social o riesgo de exclusión.

Incorporar el criterio de renta per cápita familiar en todos los baremos de las ayudas públicas para que tengan en cuenta el número de miembros de la familia.

Política integral contra el maltrato infantil, en los aspectos de prevención, protección y asistencia a las víctimas, y castigo a los maltratadores.

 

 

En suma, es precisa una política decidida (y efectiva) de apoyo a la familia pero, para ello, claro está hay que creer primero en la familia, en su papel protagonista, en su reconocimiento público como agente de bienestar social y personal insustituible.