En argentina existen tres tipos de precios: los totalmente controlados, los parcialmente liberados y los librados a la oferta y demanda del mercado. Estos últimos registran alzas estrepitosas en los productos de la canasta básica de alimentos.

ECONOMÍA-AMÉRICA

Según un estudio realizado por el matutino porteño “El Cronista”, la inflación en los productos de la canasta básica argentina llega hasta 325%. Los valores más altos se registran en los productos librados a la cotización del mercado, en tanto, mediante una activa política de control del Estado, existen otros precios: los totalmente controlados y los parcialmente librados al mercado, a través de acuerdos con los supermercadistas.

Según El Cronista, en Argentina existen tres ritmos inflacionarios: el de los productos con límites a sus ventas externas, cuya tasa anual creció hasta el 25%; los que usan las empresas para escapar a los controles (que sí tienen en otros productos) y ganar rentabilidad, generalmente van desde el 40% al 50%; y aquellos que siguen solamente las reglas del mercado, con aumentos entre el 58% y el 325%.

Los productos librados a la oferta y demanda del mercado, son los que más han incrementado su alza y por ende, son los más reales a la hora de medir la inflación en Argentina.

En este sentido, según muestra el estudio, la expansión del consumo, el crecimiento de los ingresos y un dólar alto como bases del modelo del presidente Néstor Kirchner, han generado que los productos que se rigen puramente por el mercado manifiesten aumentos de precios explosivos, con gran impacto sobre los ingresos de la sociedad.

A modo de ejemplo de productos librados al mercado -es decir, los que muestran la real inflación- está el puré de zapallo, que en 2006 valía $1.40, actualmente cuesta $6, registrando un alza del 325%. Situación similar han registrado los precios de demás verduras y hortalizas que en menos de un año han registrado notables incrementos: puré de papa 193%; tomate redondo 73,5%, etc.

Un escalón debajo de los productos librados al mercado, se ubican aquellos otros, que se lograron por acuerdos de las empresas con el Estado. Los lácteos son el mejor ejemplo: cumpliendo con los acuerdos firmados, la leche en sachet de litro (de $ 1,54 a $ 1,70) y el yogur entero de 200 gramos ($ 1,17 a $ 1,19) casi no aumentaron. Pero las procesadoras lácteos se tomaron revancha con los productos que están fuera de los acuerdos de precios: el queso aumentó casi 110%, mientras que el pategrass subió 50%

Finalmente, los menores aumentos se vieron en los productos más controlados (a través de las retenciones y/o distintas limitaciones). Por ejemplo, el asado subió casi 34%. La leche en polvo sólo 9%, en tanto  la yerba, con precio regulado subió menos del 12%.