Para el funcionario los mercados en vez de ampliarse, continúan segmentándose y el bloque regional no funciona como unión aduanera.

Y complica relaciones con UE

Durante una entrevista brindada al matutino uruguayo “Ultimas Noticias”, el Ministro de Relaciones Exteriores de Uruguay, Carlos Amorín, señaló que el bloque económico regional del cual Uruguay participa a la par de Brasil, Argentina y Paraguay “no funciona”.

 

“Hay gente que lo pinta de negro y otra que lo muestra muy rosado. Tiene aspectos positivos, pero no ha funcionado como se previó”, señaló Amorín al ser consultado sobre el MERCOSUR

 

“El proyecto de unión aduanera no funciona, no hay circulación de mercaderías y todo se rige con sistemas que están más cerca del funcionamiento de una zona de libre comercio con trabas burocráticas de todo tipo. (…) Seguimos con una agenda incumplida”, señaló el funcionario.

 

En este marco, Amorín dijo que su país esperaba más de la integración regional. “La apuesta de Uruguay era tener acceso a un mercado ampliado y eso, obviamente, no se ha logrado, porque los intereses nacionales prevalecen y los mercados siguen segmentados”.

 

Durante la entrevista el funcionario uruguayo resaltó la existencia de numerosas asimetrías entre las distintas economías del bloque, a la vez que planteo la necesidad de manifestarlas como un desafío a superar. “Hay asimetrías estructurales que no es posible superar como son los territorios, la población y el espacio físico que ocupa cada país. Las asimetrías políticas acentúan esas dificultades naturales. Los países grandes tienen mayor facilidad para atraer inversores y por eso se insiste en lograr la libre circulación de bienes. Para los países chicos es importante que al inversor le resulte relativamente neutro instalarse en cualquier lugar y para eso debe haber acceso libre a los demás mercados”, dijo Amorín.

 

Interrogado acerca de eventual creación de una moneda común para el bloque sudamericano, el diplomático uruguayo afirmó que su concreción está “a años luz. Primero tenemos que lograr que el MERCOSUR funcione como algo más parecido a una unión aduanera”, dijo.

 

“Quizás en el mediano plazo llegue el momento de evaluar las reglas y hacer ajustes, pero probablemente tengamos un tiempo más. No se trata de cuestionar la membresía, sino de evaluar el funcionamiento y ajustar algunos objetivos para que funcione de otra manera”, analizó Amorín.

 

Por otro lado, al ser consultado  respecto a la negociación de un tratado comercial con la Unión Europea (UE), que se inició a mediados de la década pasada y que a la fecha no existen resultados concretos,  el ministro de Relaciones Exteriores dijo que se presentan varios obstáculos.

 

“Lo que pasa es que se precisan dos para un tango. La UE privilegia terminar la Ronda de Doha antes de hablar con el MERCOSUR. Pero, además, el MERCOSUR implica un problema para la Unión Europea, porque somos competidores en la producción agrícola. A eso se suma que todas nuestras dificultades no ayudan”, explicó.

 

“Uno de los requisitos de la UE es que los productos que entren al MERCOSUR circulen libremente. Nos piden que funcione la integración y eso no funciona”, sostuvo el diplomático uruguayo

 

En este sentido, el funcionario reconoció que la posible incorporación de Venezuela al bloque económico también podría estar perjudicando los aspectos comerciales con la UE.

 

Según Amorín, “el panorama está un poco agitado y ese puede ser un factor extra de preocupación, pero Venezuela todavía no es miembro del MERCOSUR y no es un negociador activo. (…) Puede ser una dificultad adicional, pero lo central pasa por las dificultades de acceso a los mercados”, sostuvo el funcionario uruguayo.