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Los hermanos Castro no pueden esconder su verdadera naturaleza

La noticia de que Cuba fue descubierta contrabandeando combustible y armas en un buque de carga norcoreano, cuando trataba de atravesar el Canal de Panamá, sorprendió a muchos de los que se creyeron el cuento de que el régimen de los Castro se está reformando y está ansioso por perder su reputación criminal.

Son como la rana de la fábula que accede a llevar a un escorpión sobre su espalda para ayudarle a cruzar un río. Cuando a medio camino el escorpión pica a la rana de todas maneras, la rana se queda confundida porque está claro que ahora morirán los dos. El escorpión se explica diciendo que lo que hizo era inevitable porque "esa es mi naturaleza".

Lo mismo vale para los hermanos Castro. Simplemente son incapaces de contener su bestialidad.

Pretender lo contrario significa negar que los Castro, que abogaron ante los soviéticos a favor de la guerra nuclear contra Estados Unidos en 1962, todavía son peligrosos. Sin embargo, la negación está de moda en las redacciones de los medios de comunicación y en los pasillos del Capitolio, en Washington, lo que explica por qué la noticia del contrabando de armas fue tan evanescente.

La naturaleza de escorpión de los Castro no es noticia para los cubanos. No tienen permiso para utilizar Internet, no pueden ver programas de noticias independientes, no pueden ganar en dólares ni expresar sus opiniones, tienen prohibido enviar a sus hijos a escuelas privadas o rendir culto a sus religiones con libertad. Algo tan básico como la leche para los niños es difícil de encontrar.

Algunos cubanos que se rebelaron llevan años languideciendo en mazmorras. Otros ahora son víctimas de un nuevo método de represión que según los observadores consiste en arrestos y rápidas puestas en libertad. El Consejo de Relatores de Derechos Humanos de Cuba informó la semana pasada que "en los primeros seis meses de 2013, la Policía Política del Gobierno Cubano llevó a cabo más de 1.000 arrestos arbitrarios por motivos políticos, la mayoría violentos, que duraron como promedio entre 12 y 24 horas". El consejo cifra en 70 los prisioneros políticos que cumplen sentencias de varios años.

El incremento en la represión ha acompañado los recientes esfuerzos de conseguir más capital extranjero al atraer visitantes estadounidenses a través de excursiones "educativas" y "culturales" que son permitidas por EE.UU. bajo su embargo. Los movimientos de estos visitantes y su interacción con los cubanos deben ser controlados de cerca por la dictadura para asegurarse de que no vean mucho de la Cuba verdadera. Se supone que deben irse hablando maravillas del feliz paraíso comunista. Muchos de ellos lo hacen.

Una dictadura es aparentemente una curiosidad exótica para los estadounidenses acomodados. Son dirigidos en grandes grupos por partes selectas del país para que vean de primera mano lo que puede inspirar la privación.

Esta semana, la exclusiva escuela Phillips Exeter Academy anunció que se uniría al colegio Miss Porter´s "en una semana de exploración del fascinante arte y cultura de Cuba". El comunicado no hacía ninguna mención a si los estudiantes de estos internados visitarían las cárceles donde residen los inconformistas, incluyendo artistas, músicos y la defensora de derechos humanos Sonia Garro. Tampoco quedó claro si los chicos aprenderían sobre el régimen de moneda dual, bajo el cual el gobierno militar se embolsilla los dólares de los turistas mientras que paga a sus trabajadores con pequeños pedazos de papel que apenas tienen valor. Yo tengo mis dudas al respecto.

Ahora llega la noticia del envío de armas a bordo del buque Chong Chon Gang con destino a Corea del Norte, un país de cercas de alambre de púas y hambre, un régimen tan peligroso para la paz mundial que incluso el indeciso Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, China incluida, accedió de manera unánime en marzo a incrementar las sanciones en su contra.

El Ministerio de Relaciones Exteriores de Cuba inmediatamente dijo que las armas, encontradas ocultas bajo 10 toneladas de azúcar y sin declarar, eran obsoletas y que estaban a bordo para ser reparadas. Pero José Otero escribe en el diario panameño "La Prensa" que las autoridades del país encontraron los fuselajes de dos aviones MIG y tanques llenos de combustible para jets, además de "un avión para recarga de combustible en el aire, dos vehículos para remolques de radares, una base para lanza-cohetes, una antena de radar con su plataforma y muchos cables" en las bodegas del barco.

Los expertos dicen que algo no cuadra. Las reparaciones de equipos bélicos suelen hacerse pidiendo partes y trayendo a los técnicos. Además, dado que todo estaba hecho en la Unión Soviética, enviarlo a Corea del Norte no tiene ningún sentido.

El ex presidente colombiano Álvaro Uribe escribió un tuit el 18 de Julio en el que decía que una fuente confiable le dijo que parte de ese cargamento tenía como destino Ecuador. El periodista colombiano Eduardo MacKenzie indicó en una columna en línea la semana pasada que "siete otros barcos de Corea del Norte han hecho viajes a Cuba en los últimos cuatro años, con itinerarios parecidos al del Chong Chon Gang". Un nivel más del misterio es lo que esos barcos podrían haber llevado a Cuba en primera instancia.

Todo esto huele mal. Cuba quiere deshacerse de su estatus como paria internacional para que pueda recibir ayuda del Banco Mundial y del Banco Interamericano de Desarrollo así como crédito de bancos estadounidenses y de esta manera evitar las reformas políticas y económicas. Adoctrinar a las estudiantes del colegio Miss Porter´s es parte de ese esfuerzo. El contrabando de armas es, o debería ser, una llamada de atención.

Publicado originalmente en The Wall Street Journal

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