Economía y Sociedad, Oriente Próximo

Olivier Longué: Los campos en Turquía no son la solución

Transcurridos cinco años de la guerra en Siria, Acción contra el Hambre publica un informe desalentador: la reducción de la ayuda, el agotamiento de los países vecinos como Líbano que acogen a 4,8 millones de refugiados y la falta de un horizonte de paz empujan a los sirios a salidas extremas para sobrevivir.


Cuando se cumplen cinco años del inicio del conflicto en Siria, Acción contra el Hambre hace un llamamiento para que se responda de una forma sólida a las necesidades humanitarias básicas en materia de alimentación, agua, saneamiento, refugio y apoyo psicológico a los más de 18 millones de sirios afectados por la guerra (4,8 millones de refugiados y 13,5 millones de personas con necesidades humanitarias dentro del país).

Aunque la atención mediática se centra en los refugiados que han logrado alcanzar Europa, no podemos olvidar que dentro de Siria hay 6,5 millones de desplazados. Nos preocupan especialmente los 4,5 millones de sirios a los que no podemos acceder y los 400.000 que están directamente bajo sitio, cifras que se han duplicado en el último año. No hay nada que apunte a que esta tendencia pueda revertirse a corto plazo”, explica desde Damasco el responsable geográfico para Oriente Próximo en Acción contra el Hambre, Jean Raphaël Poitou.

Líbano y Jordania empiezan a agotar su solidaridad

Aunque la llegada de refugiados a Europa se ha producido solo en el último año, casi cinco millones de personas han buscado refugio desde 2011 en los países vecinos. “Líbano es hoy el país del mundo con mayor número de refugiados per cápita. Sus sistemas de salud y educación están colapsados, la presión sobre los recursos naturales es insostenible… es como si toda la población de Portugal hubiese venido a vivir a España. Cinco años es demasiado tiempo para una situación de emergencia de esta envergadura y la ayuda internacional no ha hecho más que reducirse en los últimos años”, explica Poitou. 

La ayuda solicitada para responder a la crisis en 2016 es de 7.700 millones de dólares. Esta ayuda es la suma de fondos solicitados para Siria (Syria Humanitarian Response Plan, 3.200 millones de dólares) y para la región (Syria Regional Refugee and Resilience Plan, 4.500 millones de dólares). Por ahora se ha cubierto para 2016 el 3% de este llamamiento. En 2015 se cubrió el 56%. Seis de cada nueve familias refugiadas en Líbano y Jordania están altamente endeudadas. Según una encuesta reciente una de cada tres familias empieza a prescindir de una de las tres comidas diarias.

Los campos en Turquía no son la solución

La reciente decisión de los líderes europeos de contener a los refugiados en Turquía no podrá detener el drama humano: “esto no solo es un desprecio a los valores de solidaridad que han fundado Europa y al derecho internacional humanitario: no es pragmático abrir campos de refugiados sin prever una fecha de cierre. No solo es crear agujeros negros para los derechos humanos, es obviar que nada va a contener a la desesperación humana si no decidimos ayudarles en lugar de pararles”, explica el Director General de Acción contra el Hambre, Olivier Longué.  

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