Política

Una nutrida representación internacional acompañará a Santos en su investidura

Los mandatarios extranjeros comenzaron a llegar a Bogotá para la investidura de Santos y fueron recibidos con honores militares.


El presidente electo de Colombia, Juan Manuel Santos, asumirá este sábado las riendas del país de la mano de su padrino político, el actual mandatario Álvaro Uribe, de quien no sólo heredará la vara de mando sino también una complicada situación social con altos niveles de desempleo y el reto de normalizar las relaciones diplomáticas con sus vecinos, Ecuador y Venezuela.

Tras alzarse con la victoria en la segunda vuelta de las elecciones del 20 de junio, el que fuera ministro de Defensa será investido presidente en una ceremonia cuidadosamente preparada para evitar que las guerrillas o los grupos paramilitares puedan boicotearla, tal y como amenazaron las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).

Desde principios de esta semana la capital del país, Bogotá, ha sido objeto de un escrupuloso plan de seguridad en el que han trabajado de forma conjunta la Policía Nacional y las Fuerzas Armadas. En total 350.000 efectivos, apoyados por las escuelas de formación, permanecen en estado de acuartelamiento de primer grado, es decir, están en alerta máxima ante la posibilidad de un ataque terrorista.

La presencia de los cuerpos de seguridad será especialmente notable en los seis puntos de acceso a la ciudad que estarán controlados hasta finales de semana, mientras que el espacio aéreo de la urbe permanecerá cerrado durante la ceremonia para garantizar la seguridad de los asistentes al acto.

En este contexto, el todavía ministro de Defensa, Gabriel Silva Luján, aseguró que la ceremonia transcurrirá "en calma" después de los golpes asestados en la última semana a la guerrilla que han permitido a la policía incautarse de numeroso material. "Tenemos un plan de prevención que viene desarrollándose desde hace varios meses, que nos da la tranquilidad de que estamos preparados para enfrentar cualquier tipo de amenaza del narcoterrorismo", dijo.

La investidura, que comenzará a las 15.00 horas (22.00 horas en la España peninsular) en la Plaza Bolívar de Bogotá, estará precedida por un acto en el que indígenas de la Sierra Nevada de Santa Marta –koguis, arhuacos, kankuamos y wiwas– entregarán a Santos un bastón y unas piedras preciosas que simbolizan el equilibrio con la naturaleza.

A la ceremonia oficial asistirán los presidentes de Ecuador, Rafael Correa; Argentina, Cristina Fernández de Kirchner; Chile, Sebastián Piñera; Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva; Uruguay, José Mujica; Perú, Álan García; México, Felipe Calderón; Costa Rica, Laura Chinchilla; El Salvador, Mauricio Funes; Guatemala, Álvaro Colom; Honduras, Porfirio Lobo; Panamá, Ricardo Martinelli; República Dominicana, Leonel Fernández; y Georgia, Mikheil Saakashvili.

También estarán presentes los primeros ministros de Aruba, Michael Godfried, y de Jamaica, Orette-Bruce Golding, además de una delegación estadounidense encabezada por el asesor presidencial de seguridad nacional, general James L. Jones, y del Príncipe de Asturias, Felipe de Borbón, que llegará en la madrugada del sábado, sobre las 5.30 horas (12.30 horas en la España peninsular).

LOS RETOS DE SANTOS

El economista, de 58 años de edad, tendrá que lidiar con los flecos que ha dejado sueltos su antecesor, tales como el alto nivel de desempleo, la conquista de mejoras sociales para la población como el acceso a la sanidad y a la educación y la firma de los Tratados de Libre Comercio (TLC) con Estados Unidos y la Unión Europea.

A su llegada a la Casa de Nariño, Santos deberá tomar las riendas de la situación económica del país que, a pesar de ser una de las menos afectadas en la región por la crisis global, adolece de una alta tasa de paro que en junio alcanzó el 12,8 por ciento y que es percibida por los ciudadanos como uno de los mayores problemas de la nación.

Además, cumpliendo con sus promesas de campaña, el nuevo mandatario tendrá que ocuparse de las enormes diferencias sociales que existen en Colombia donde servicios básicos como la sanidad o la educación quedan a merced del poder adquisitivo de las familias, aumentando aún más la brecha social.

Pendiente queda también la aprobación de los TLC de Colombia con Estados Unidos y con la Unión Europea que a pesar de los esfuerzos de Uribe por cerrarlos antes de su salida de la Presidencia, todavía deben superar el análisis de las partes interesadas.

"UN PAÍS EN PAZ"

Uno de los ejes principales del nuevo Gobierno será la conquista de la paz en un país asolado por más de medio siglo de conflicto interno con las guerrillas y los grupos paramilitares y por las fluctuantes relaciones diplomáticas con Ecuador y Venezuela, rotas tras los últimos acontecimientos.

En el plano nacional, Santos continuará con la Política de Seguridad Democrática, impulsada por Uribe y dirigida por él mismo durante su etapa como titular de Defensa, que en los últimos ocho años ha conseguido diezmar a los grupos armados ilegales y desplazarlos hacia las zonas selváticas, alejándolos de las poblaciones.

Durante sus años como ministro, el político cosechó numerosos éxitos, acabando con la primera línea de los capos del narcotráfico y asestando duros golpes a las FARC, como la llamada ´Operación Jaque´ en la que consiguió la liberación de la ex candidata presidencial Ingrid Betancourt, tres estadounidenses y 11 efectivos de las Fuerzas Armadas que fueron secuestrados por la guerrilla.

No obstante, de este periodo se han derivado también consecuencias negativas. Es el caso de la denominada ´Operación Fénix´ desatada en marzo de 2008 con el bombardeo de un campamento de las FARC en territorio ecuatoriano que acabó con la vida de 25 personas, entre ellas el ex ´número dos´ de la guerrilla Raúl Reyes.

Este acto provocó la ruptura de relaciones con Ecuador que consideró el ataque colombiano como una violación de la soberanía de su país. No obstante, Correa manifestó recientemente su voluntad de zanjar el problema y comenzar una mesa de diálogo con el objetivo de restablecer los vínculos bilaterales que, a estas alturas, ya han conseguido la restitución de los encargados de negocios.

En el otro lado de la frontera, Colombia mantiene un duro enfrentamiento diplomático con Venezuela que rompió relaciones el pasado 22 de julio después de que Bogotá le acusara ante la Organización de Estados Americanos (OEA) de acoger con complacencia en su territorio a guerrilleros del as FARC y del Ejército de Liberación Nacional (ELN).

Esta cuestión fue la última escalada de tensión entre ambas naciones cuyos presidentes ya habían protagonizado varias discusiones por el acuerdo militar suscrito entre Colombia y Estados Unidos que permite a este último desplegar a 800 efectivos y 600 contratistas civiles en ocho bases ubicadas en el país sudamericano.

Dicho acuerdo fue interpretado por el mandatario venezolano, Hugo Chávez, como una amenaza para la paz y la estabilidad de la región al considerar que era la señal inequívoca de que Estados Unidos pretendía invadir el subcontinente utilizando a Colombia como plataforma.

A pesar de estas tiranteces, el ministro de Exteriores saliente, Jaime Bermúdez, descartó la posibilidad de que se desate un conflicto bélico con Venezuela, asegurando que "es impensable". Asimismo se mostró optimista y confió en que en los próximos meses se recupere la normalidad entre ambas naciones, algo que podría estar cerca después de que su homólogo venezolano, Nicolás Maduro, anunciara que asistirá a la investidura de Santos.

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