La que se está organizando en Europa con motivo del Volcán islandés de nombre imposible. El caos volcánico afecta a todo, incluso al fútbol. Las pérdidas de las aerolíneas son tremebundas después de varios días de restricciones al tráfico aéreo. No serán menores las de miles de empresas que en cadena suministran los más variados servicios.

 

Funcionarios europeos se han apresurado a decir que no es de su competencia el cierre de los aeropuertos y los espacios aéreos; que es prerrogativa de cada Estado miembro. O sea, que cada palo aguante su vela. Políticos europeos ya han insinuado que habrá ayudas. Hablan de seguridad y flexibilidad. Despúes del lío que han provocado quieren hablar con todos para que la reponsabilidad de las caóticas decisiones sea de todos. En Europa todo se resuelve con ayudas. Vamos, que la cuenta del caos aéreo-volcánico, que nadie ha decretado, la vamos a pagar todos. Como siempre.

 

En medio del lío y reunidos los ministros europeos en video conferencia (que buena idea, si fuera barata, para eliminar tanta Cumbre y viaje oficial) los partidarios del cambio climático y sus detractores están a la greña por las consecuencias climáticas de la erupción sobre el calentamiento global.

 

Dicen estos últimos que el planeta, en sus 4000 millones de años, ha registrado innumerables procesos naturales de calentamiento y enfriamiento sin que la “nefasta” acción humana tuviera pito que tocar.

 

Son las nubes volcánicas al alcanzar la estratosfera, libres de vientos, las que propician el enfriamiento del Planeta y ponen el ejemplo del caso del Pinatubo en Filipinas, cuando en, el no tan lejano, 1991 provocó una violenta erupción cuyos efectos sobre el enfriamiento fueron medidos con exactitud por científicos norteamericanos.

 

Juan López de Uralde de Greenpeace España, dice que no. Asegura que los volcanes emiten un máximo de 250 millones de toneladas al año de CO2 y los hombres 25000 millones. No cree el ecologista español que lo del volcán islandés, de complicadísimo nombre, sea comparable a lo del Pinatubo y en cualquier caso afirma tajante que los beneficiosos efectos de enfriamiento provocado por las erupciones volcánicas son puntuales y no van a cambiar la tendencia del calentamiento.

 

Se me ocurre que el bueno de López de Uralde olvida que los hombres llevan poquitos años empeñados en cargarse el Planeta, así como cien años escasos siendo muy generosos, y los volcanes no fueron inventados por la revolución industrial del XIX. Llevan aquí miles de millones de años.

 

El caso es que finalmente todo es cuestión de “pasta”. Los del calentamiento global pueden estar tranquilos en su pingüe negocio. La factura del caos aéreo provocado por la decisión de cerrar aeropuertos a Troche y Moche, no va ser detraída de las multimillonarias subvenciones que reciben y también pagamos todos.

Las pérdidas escandalosas, como las de Grecia, las vamos a pagar todos. ¿Llegará el dinero, señor ministro don José Blanco, para todo?. Ya verán que la culpa finalmente la tienen Rajoy y el primo de Rajoy.