El presidente Otto Pérez Molina afirma que la simple estrategia de erradicación de cultivos no está funcionando y es necesario un cambio de estrategia para salir de la ola de violencia que, tan solo en Guatemala, deja una media de 14 muertos diarios relacionados con el narcotráfico.

Detectan nuevas variedades

El 6 de febrero pasado, la Subdirección General de Análisis de Información Antinarcótica, dependiente del Ministerio de Gobernación de Guatemala, anunciaba que el volumen de plantas de amapola y de marihuana incautadas durante la primera erradicación del 2013, superaban por mucho lo decomisado el año pasado.

En declaraciones a la prensa de su país, Mauricio López Bonilla, titular de Gobernación, informó que en 2012 las fuerzas de seguridad tuvieron problemas de logística para llegar al denominado “Triángulo del Opio”, que incluye a los municipios Sibinal, Tajumulco e Ixchiguan.

En esa zona, el propio López Bonilla informaba que los agentes, acostumbrados a las flores de pétalos de color rojo intenso, se toparon con tres nuevas variedades de amapola: flores blancas, rosadas y otras de color morado claro durante esa primera erradicación del año, la cual se efectuó los últimos tres días de enero pasado.

Además, se reportaron que encontraron plantas del tipo “Baby”, cuya altura no supera los diez centímetros, cuando en promedio miden 1.30 metros. Pese a su tamaño, producen lo mismo que las de estatura normal, precisó López Bonilla. También se identificaron nuevas técnicas de beneficiado de la resina que se obtiene de los bulbos de la amapola. Esa sustancia viscosa constituye la materia prima para fabricar el opio. Las nuevas variedades, distintas a las conocidas en tamaño y colores, podrían confundirse entre algunas plantaciones de hortalizas en la región, agrego el funcionario.

Siete días más tarde, el propio presidente de Guatemala, Otto Pérez Molina, anunciaba durante su visita oficial a Madrid, que su Gobierno estudia la posibilidad de legalizar el cultivo clandestino de amapola como medio para atajar la producción de heroína y derivar su uso a fines medicinales. Detalló que esa medida, la cual aún se valora, sería un ejemplo del nuevo enfoque en la lucha contra las drogas que defiende el mandatario guatemalteco.

“Nosotros podemos, y eso lo tenemos que analizar y lo tenemos que estudiar, lograr que esa plantación que se está dando en Guatemala de heroína pudiera ser legalizada. Y legalizada no con efectos de consumo, porque sabemos el daño que produce la heroína para los consumidores. Pero si podría ser legalizada con otros fines, con fines medicinales", agregó.

Aceptó que la creciente siembra ilegal de amapola, que ha proliferado en la frontera con México, se ha combatido sin éxito tratando de erradicarla. Por ello, consideró, será necesario ya cambiar de estrategia. Lamentó que los países centroamericanos están sumidos en la ola de violencia y corrupción que deja el tráfico de drogas. Tan solo en su país, afirmó, se registran unos 14 muertos diarios de media en acciones vinculadas al narco.

En todo caso, resaltó que la propuesta de legalizar el cultivo de amapola partió de un informe de la Fundación Beckley (Reino Unido), organización sin ánimo de lucro que formuló varias recomendaciones para fortalecer la lucha contra el narcotráfico en Guatemala. Precisamente y desde su arribo al pode hace poco más de un año, Pérez Molina se pronunció por un cambio en la estrategia global, la cual incluye la posibilidad de legalizar y despenalizar el consumo de algunas sustancias estupefacientes. Consideró decisivo el papel que pueda jugar Estados Unidos en la materia.

Con información de Excélsior y El Periódico de Guatemala