A pesar de la recuperación económica del país varios estudios demuestra que la desigualdad está al mismo nivel que la sufrida por los países de su entorno.
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Martes, 12 de noviembre 2024
A pesar de la recuperación económica del país varios estudios demuestra que la desigualdad está al mismo nivel que la sufrida por los países de su entorno.
CASI SIN CLASE MEDIA
Según los últimos datos publicados por la Comisión Económica para América Latina
y el Caribe (Cepal), Argentina será uno de los países de la región que más
crecerán en 2004, con una ampliación del 7% en la economía, lo que supone un 4%
más que el de los países de la región.
Sin embargo, y según informa la
agencia de noticias ANIA, estos índices logrados, sobre todo por la gestión del
presidente Néstor Kischner, no representan mejorías directas para el mercado
laboral del país, que todavía se encuentra en crisis pese la recuperación de la
reciente recesión, de acuerdo al estudio -Mercado de Trabajo: Estructura Actual
y Perspectivas-, elaborado por la Central de Trabajadores de Argentina (CTA).
El estancamiento de la tasa de empleo así como el crecimiento de la
subocupación y la desocupación, reflejan la incapacidad de la economía para
generar las fuentes de trabajo demandadas.
Esta situación, provoca,
entre otras consecuencias, una gran desigualdad entre las regiones que componen
el país.
Por ejemplo, a pesar de ser la región de mayor presión en la
búsqueda de empleo, la región del Gran Buenos Aires presenta una tasa de empleo
superior al resto del país, con casi el 3,3% más que la media nacional y
prácticamente un 20% superior a la que exhibe la región noreste.
En la media del entorno
En este sentido se
manifiestan también los datos de un informe realizado por la consultora Equis,
que reflejan que Argentina se encuentra en el puesto 11 en el ranking de la
desigualdad social de América Latina, apenas inferior a la de otros países de su
entorno.
Esta cifra llama todavía más la atención si se tiene en cuenta
que hace sólo unos años, a finales de los 80, el país estaba en el puesto 70 de
esta estadística, mostrando indicadores sociales muy favorables y estando en la
media de los países europeos medios.
En ese periodo, los datos del Banco
Interamericano de Desarrollo (BID) indicaban que “los mayores excesos de
desigualdad se observan en Brasil, Chile, Guatemala, Ecuador, México, Panamá y
Paraguay”. Hoy, la situación no ha cambiado demasiado en los países referidos
con la novedad de que Argentina se encuentra en este grupo “de riesgo”.
Un poco de historia
A pesar de lo
desalentador de estas cifras, los analistas se amparan en el hecho de que el
país argentino está saliendo de la fuerte crisis que dejó a muchas familias en
una situación más que preocupante hace dos años.
Sin embargo, para
comprender la situación social y económica por la que atraviesa el país
rioplatense hay que retroceder a los años de la dictadura militar en la que la
concentración del ingreso comenzó a acumularse en un porcentaje cada vez más
reducido de la población.
Así, según datos oficiales, en el año 1974 el
10% de la población se hacía con menos del 30% de los ingresos totales, mientras
que en 1994, el 10% más rico obtenía el 35,5% de los ingresos, cifra que en
2003, llegó hasta el 39% “de la torta nacional”.
Según los autores del
estudio de Equis, “entre 1995 y 2003, Argentina pasó de una brecha de inequidad
de 19,3 veces a 31,7 veces, con un crecimiento de la inequidad distributiva del
64,2% en los últimos ocho años, más allá de la evolución del ciclo de caída y
aumento de la economía”.
La explicación se encuentra, por un lado, en el
deterioro de los salarios, el aumento del desempleo, el trabajo informal, el
crecimiento de la pobreza y, por el otro, en el aumento de la renta financiera y
las grandes ganancias de los grupos económicos más concentrados de la economía.
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