Política

Diplomacia con pasamontañas

Editorial
«El primer ministro accidental» es el titular de un editorial publicado ayer por el «The Wall Street Journal», en su edición europea, en el que critica duramente la actuación de José Luis Rodríguez Zapatero en sus nueve primeros meses al frente del Gobierno español.

El diario recuerda que Rodríguez Zapatero dijo en septiembre a la revista «Time» que «no quiero ser un gran líder» y afirma que, teniendo en cuenta esa frase, estos nueve meses deben ser considerados «un éxito rotundo». A juicio del periódico, dejó su impronta con la decisión de retirar a las tropas de Irak, anunciada antes de ganar las elecciones, adoptada «precipitadamente» y que fue perfecto «gracias» a los terroristas que atacaron Madrid el 11 de marzo. Además, el diario económico afirma que las «implacables ráfagas» de antiamericanismo de Zapatero «hacen estremecer incluso a los diplomáticos franceses y alemanes».

Esta semana que termina acaba de escribir una página bochornosa en lo que a materia de política exterior se refiere. La visita del caudillo venezolano, Hugo Chávez, dejó a las claras que el Gobierno de Rodríguez Zapatero le rinde honores al tercermundismo rampante (Chávez) , a la izquierda más arcaica y totalitaria (Castro) y que España está más aislada en el plano internacional que durante el franquismo, como lo prueba el hecho de que ni Berlín ni París llamaron a la Moncloa para pedir una representante español en la reunión donde se trató el tema palestino.

Pero eso no fue todo. El ministro de Asuntos Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, cometió la imprudencia de acusar al ex presidente, José María Aznar, de “golpista”, acusación que ahora deberá fundamentar en el Congreso y que ha dejado a España muy mal parada, dando la falsa imagen de un país amigo de tiranos y dictadores bananeros. Este grosero y torpe desliz de Moratinos contó con el apoyo del presidente Zapatero, lo cual hace que el incidente sea aún más grave.

Por si fuera poco, el Rey y Doña Sofía almorzaron con el presidente reelecto de EEUU, George W. Bush, que ignora a Zapatero, y le pidió que considerara mejorar las relaciones bilaterales con España, maltrechas por la rancia artillería antiamericana de Moratinos y Zapatero. Conclusión: la diplomacia española actúa bajo la improvisación, con lo cual deberíamos preguntarnos hacia donde nos conduce esa forma tan burda de hacer política exterior basada en gestos insultantes y un idealismo sesentista adolescente que nos une con la filosofía en pasamontañas de los antiglobalización y los FARC. Con amigos así, quien necesita enemigos.

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