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Ecuador: El odio al emprendimiento

la balanza comercial no es un indicador ideal de la salud de una economía

Guayaquil, Ecuador— La semana pasada el presidente del Banco Central del Ecuador, Diego Borja, explicaba que el déficit en la balanza comercial se debe a que “se continúa manteniendo una alta dependencia de productos fácilmente sustituibles” y, para rematar, estos empresarios tienen “una conducta comercial, mercantilista y perniciosa”.1

Vale la pena recordar que cuando la gente insiste en importar productos “fácilmente sustituibles”, lo hace porque le conviene. Es decir, si seguimos importando zapatos chinos, aunque sea fácil sustituirlos por unos “Made in Ecuador”, no es porque nos falta un dedo en la frente sino porque seguramente nos salen más baratos los chinos. El empresario que identifica esa necesidad de zapatos, no es “mercantilista y pernicioso”, aunque si tiene una “conducta comercial”. Y cuando ese empresario coloca en el país un producto importado no solo se beneficia a sí mismo sino a los consumidores que consiguen un producto más barato. El patriotismo no tiene por qué lastimar el bolsillo.

Por otro lado, la balanza comercial no es un indicador ideal de la salud de una economía. El economista Michael Bordo indica que los déficits comerciales acompañaron el desarrollo económico en países como Argentina, Australia, EE.UU. y Canadá a fines del siglo diecinueve y principios del siglo veinte. Pero estos países, mientras tenían un déficit, también atrajeron capital.2 Tenían un ambiente favorable para las inversiones. Algo que aquí falta.

Considere el caso del petróleo. Particularmente desde 2006 cuando el gobierno de Palacio rescindió el contrato con Occidental Petroleum (OXY), las señales que el Estado ecuatoriano le ha enviado a las petroleras internacionales han sido negativas.3 En 2007 el gobierno actual alteró por decreto las reglas del juego para las petroleras. Ahora el Estado ecuatoriano se quedaría con 99% de los ingresos extras generados por los precios récord del petróleo.4 No debería sorprender que desde ese entonces la producción de petróleo por parte de las operadoras privadas y del país, en general, se ha estancado.

También tome en cuenta el caso de las camaroneras. Hace más de una década el INDA (Instituto de Desarrollo Agrario) vendió tierras del Estado a personas que decidieron invertir en ellas para producir camarones. Ahora, las autoridades actuales vienen a decirles a muchos camaroneros que la tierra donde está su camaronera, en realidad, no les pertenece y será revertida al Estado.5 Menuda forma de promover la confianza para que los camaroneros ecuatorianos inviertan.

Finalmente, las flores. El recientemente aprobado código de la producción aumentaría todavía más el costo de un trabajador con el salario digno. Esto es bueno para los trabajadores del sector formal que podrán seguir en el rol de pagos de sus jefes. Pero sucede que hay industrias, como la de las flores, en las que uno de los principales costos de producción es la mano de obra y experimentos como el del “salario digno” solo perjudicará a las floricultoras en el mercado internacional. Las primeras víctimas serán sus empleados, a los que se pretendía beneficiar con el aumento salarial.6

Estos son solo unos ejemplos de cómo la falta de confianza perjudica la captación de inversiones y como esto a su vez deriva en un estancamiento de la producción nacional.

Referencias:

1. “Balanza se sale de proyecciones”. El Universo. 18 de noviembre de 2010.

2. Bordo, Michael. “Historical Perspective on Global Imbalances”. National Bureau of Economic Research. Mayo de 2005.

3. “In Ecuador, One Slippery Oil Patch”. Business Week. 23 de octubre de 2006.

4. “Correa ratifica decisión de cambiar contratos”. El Universo. 7 de octubre de 2007.

5. “Otras 4.000 hectáreas irán al Estado”. El Universo. 2 de Julio de 2010.

6. “Salario digno afecta utilidades”. Diario HOY. 28 de octubre de 2010

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