Política

España abogará por Cuba ante la UE

Preocupación en organizaciones de derechos humanos y en ámbitos políticos ante la posibilidad de que España rompa el consenso europeo respecto a Cuba.

MORATINOS LO CONFIRMÓ AYER EN EL CONGRESO
Hace un año el régimen de Castro detuvo arbitrariamente a 75 disidentes cubanos, entre los cuales se encontraban políticos del Proyecto Varela, periodistas, poetas, etc. La UE reaccionó adoptando “una serie de medidas en junio de 2003 sobre las cuales me gustaría destacar una: aquella que hace referencia a la obligación de las embajadas comunitarias de invitar a los disidentes a las fiestas nacionales de los respectivos países”, según el PP en el Congreso. Con motivo de la cercanía del 12 de octubre, la oposición interpeló ayer a Moratinos sobre la actitud española al respecto, y sobre la eventualidad de una relajación de “las medidas adoptadas por la UE en junio de 2003 en defensa de los derechos humanos de la disidencia y de los presos de conciencia en Cuba”.

Miguel Ángel Moratinos fue contundente en su contestación al señalar que “el Gobierno quiere hacer una defensa eficaz de los derechos humanos en un marco de normalización de las relaciones con Cuba, cosa que desgraciadamente el Gobierno del PP no hizo”. De sus palabras se deducía que esa eficacia, por tanto, pasaría por no cumplir lo estipulado en su momento por la Unión Europea.

Para Jorge Moragas, portavoz popular, esta negativa colocaría a España en una situación difícil en el seno de la Unión: “Nos consta que la posición del Gobierno de España se está enfrentando a la posición y al compromiso firme de países como Alemania, Reino Unido, Francia, República Checa y otras, que se oponen a sus pretensiones de relajar esas medidas y ese compromiso europeo en defensa de los derechos humanos”. Ante esta evidencia, el parlamentario popular pidió al ministro “que el Gobierno de España no se quede solo en este tema en la UE y que no sacrifique la agenda latinoamericana-europea, en donde España siempre ha tenido la voz con más crédito”.

Un mal instrumento de presión

En opinión del ministro, la medida que se adoptó a iniciativa del Gobierno español en 2003 de invitar a los disidentes a las fiestas nacionales “se ha revelado como el peor instrumento para mejorar la situación de los disidentes y de los presos de conciencia, y eso lo dicen ellos mismos”. Lo que sí admitió es que desde el Gobierno “estamos elevando una reflexión a nivel europeo porque todo el mundo se da cuenta de que esa medida irracional no va a ningún sitio. Nosotros vamos a seguir con la exigencia, pero vamos a intentar hacerlo dentro de un marco de diálogo con las autoridades cubanas, y para ello vamos a reflexionar y obtener, con consenso de la UE, una posición común”.

Otra de las medidas adoptadas en su momento en el ámbito europeo se refería a la “congelación” de la actividad de los embajadores, iniciativa ahora también cuestionada por Moratinos: “Todo el mundo se da cuenta de que es una medida irracional que no va a ningún sitio, porque si ustedes quieren penalizar al régimen de Cuba lo que hacen es traer a los embajadores, pero lo que no se puede es tener a los embajadores congelados. El embajador es un instrumento de diálogo, de cooperación, de exigencia y por lo tanto de reclamación de derecho”.

Por otra parte, el jefe de la Diplomacia aseguró que durante su encuentro con su homólogo cubano, Felipe Pérez-Roque, la semana pasada en la Asamblea General de la ONU en Nueva York, le pidió la liberación de todos los presos de conciencia cubanos.
Aseguró que el Gobierno tiene “la misma preocupación o más que todos ustedes por la democratización y los Derechos Humanos. La diferencia es que nosotros vamos a conseguirlo y ustedes no”, añadió.

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