Los países árabes alientan un boicot al os productos de Dinamarca y Noruega
El primer ministro danés, Anders Fogh Rasmussen, ha iniciado los primeros contactos en el interior y exterior del país para rebajar la crisis diplomática y económica desatada con el mundo islámico, aunque mantuvo su actitud de no pedir disculpas por algo que no considera de su incumbencia.
La causa es la publicación en el diario “Jyllands-Posten” el pasado 30 de septiembre de 12 viñetas del profeta Mahoma -una con una bomba en el turbante-, consideradas ofensivas en el mundo islámico, y la negativa del periódico y del gobierno a disculparse por algo que consideran entra dentro de la libertad de expresión.
Cinco días después del estallido de la crisis, Rasmussen, hasta ahora aparentemente al margen, contactó con los presidentes de la CE, José Manuel Barroso, y la UE, Wolfgang Schüssel, así como con el de la patronal danesa y otros líderes empresariales del país que habían reclamado al gobierno que dialogara con el mundo islámico.
Rasmussen anunció una inminente convocatoria de la comisión de Exteriores del Parlamento, mientras su ministro en este área, Per Stig Moeller, llevó el caso a la reunión con sus colegas en Bruselas y se aumentan las gestiones diplomáticas en el mundo islámico.
Estas medidas le han permitido al gobierno una tregua por parte de una oposición que había criticado su “pasividad” y la tozudez de Rasmussen, al que sólo el ultraderechista Partido Popular, habitual aliado, anima a no doblegarse frente a los países islámicos.
< br> En un país de arraigado respeto por la libertad de expresión, no se cuestionan los derechos del diario, pero sí que se le reprochan a Rasmussen dos cosas: que rechazara una reunión con los embajadores islámicos hace dos meses, cuando el problema era una cuestión danesa, y no ofrecer ahora una actitud dialogante.
Rasmussen ha insistido en declaraciones a la cadena de televisión TV2 que el gobierno no tiene “ninguna opinión” sobre las caricaturas, que no puede pedir disculpas “por algo que ha hecho un “diario” y que no claudicará en la defensa de la libertad de expresión y los derechos fundamentales de la sociedad danesa.
El primer ministro dijo no arrepentirse de nada en la actuación del gobierno en este tema y dijo que trabaja sin descanso en el terreno diplomático para solucionar el problema, que calificó de “muy grave” y que, según él, obedece a las diferencias culturales entre dos sociedades distintas.
Aunque la CE y la UE respaldan oficialmente al gobierno danés, el conflicto sigue extendiéndose fuera de Oriente Medio y alcanza a países como Pakistán. Fuente: Agencias, Telecinco.