El grupo terrorista Hamás puede haber firmado su sentencia de muerte con el salvaje ataque perpetrado contra Israel el pasado sábado. Una de las ofensivas, que tuvo como objetivo el festival de música electrónica Nova, celebrado cerca de la frontera con Gaza, se saldó con el asesinato de, al menos, 260 personas. Testigos del ataque afirman que, además del secuestro de decenas de israelíes, los terroristas violaron a varias mujeres al lado de los cadáveres de sus amigos. Este brutal ataque va a ser respondido con toda la dureza por el Estado de Israel, que ha declarado su propósito de reducir a cenizas al grupo Hamás.
Este golpe sin precedentes de Hamás ha provocado un sismo en el tablero internacional, y una desestabilización en Oriente Próximo. El catedrático de Relaciones Internacionales, Rafael Calduch, atiende a Vozpópuli para explicar las causas y consecuencias de esta nueva guerra. La victoria de Israel parece un hecho.
“Hamás se ha metido en una dinámica que puede ser el final de su dominio de Gaza. El enfrentamiento bélico con Israel no le da ninguna posibilidad de éxito. Es imposible que pueda derrotar militarmente a Israel. Calculo que el Ejército hebreo acabará con Hamás en 2 o 3 meses”, apunta. Este especialista considera difícil de entender las motivaciones de Hamás, aunque una lectura podría ser que pensasen que “Hezbolá atacaría también desde el Líbano, lo que podría haber servido a este grupo terrorista a consolidar algunos territorios en Israel”.
Calduch cree que lo que está ocurriendo ahora “no es comparable a la Guerra del Yom Kipur del 73. Las capacidades militares de Hamás no se aproximan ni de lejos a las que tenían entonces los ejércitos sirio y egipcio, que contaban además con el apoyo soviético. Hamás ha querido dar una demostración de fuerza y no veo que pueda salir de esta”.
El fallo de la Inteligencia israelí
Si no son fáciles de comprender desde un punto de vista estratégico las motivaciones de Hamás, tampoco lo es el monumental fallo de los servicios de Inteligencia de Israel. Desde la Franja de Gaza se lanzaron 5.000 cohetes, un arsenal “que no se reúne de la noche a la mañana. De la misma forma, tampoco se explica que Hamás preparase a centenares de personas para esta ofensiva sin que el Mosad tuviera conocimiento de ello”. Calduch expone la teoría de que la crisis política de Israel derivada de la reforma del poder judicial impulsada por Netanyahu -por la que el Ejecutivo se ha hecho con todo el poder judicial- ha provocado que las autoridades israelíes se distrajeran y subestimasen la ofensiva.
“Otra posible explicación es que los políticos hebreos hayan subestimado la amenaza de Hamás o que los servicios de Inteligencia no compartieran la información que tenían con las autoridades. Ambos casos serían gravísimos y supondrían una crisis de Estado en Israel“, asevera el catedrático.
Más allá de la respuesta que dé el Estado de Israel, “hay una crisis institucional y funcional en el país hebreo que le va a costar años resolver”.
El papel de Irán
“Detrás está Irán, eso seguro”. Así de tajante se muestra Calduch. “Hay que ver si la estrategia de Irán es liberar la presión del cerco diplomático y estratégico que Israel estaba tejiendo con Arabia Saudí (enemigo acérrimo de Irán) o pretende desestabilizar toda la región”. En este último caso, “Irán movilizará a Hezbolá en el Líbano o introducirá unidades militares encubiertas como en Siria”. Sin embargo, involucrarse de tal manera en el conflicto “no sería favorable para Irán en el medio-largo plazo. El régimen de los ayatolás no es nada suicida, es pragmático. Este experto tampoco considera probable que desde Cisjordania la ofensiva contra Israel sea muy potente. “Como mucho, habrá algunos disturbios en las calles”.
Rusia y Estados Unidos
Hamás lo va a tener complicado para recibir ayuda militar de Irán y Rusia. “Los iraníes están sometidos a una crisis económica brutal desde hace muchísimo tiempo, mientras que el Gobierno de Putin está comprando armas a Corea del Norte porque se está quedando sin ellas”, argumenta Calduch. En cuanto a Hezbolá, “se encuentra en una situación política muy precaria en Líbano. No es la única fuerza política y la situación económica allí también es crítica. Si tuviera posibilidades de actuar, ya lo hubiera hecho aprovechando el factor sorpresa. Ahora no serviría de nada porque Israel tiene ese flanco controlado”.
En cuanto a Estados Unidos, no observa gran diferencia entre cómo va a actuar Biden y cómo actuaría Trump. “Las líneas estratégicas de Estados Unidos son las que dibujó Dwight Eisenhower al terminar su mandato como presidente en 1961. El ‘complejo militar industrial manda. Es decir, los intereses de las compañías de industria militar en Oriente Próximo, y ahí su aliado es Israel”. Opina que el movimiento del portaaviones Gerald R. Ford tiene la intención de desescalar el conflicto: “Sus fines son disuasorios, buscan que Irán no se involucre”.
La situación financiera de los Estados Unidos es complicada. No es el mejor momento para que la superpotencia atienda a más frentes. Biden ha recortado las ayudas a Ucrania y otros aliados hasta que haya un acuerdo presupuestario entre demócratas y republicanos. “El año fiscal de EEUU es de noviembre a noviembre. Estamos en año preelectoral y ya toman posiciones demócratas y republicanos. Cuando pacten los presupuestos, Biden pretende hacer una importante entrega de material a Ucrania para que aguante el año electoral”.
En cualquier caso, el desenlace del conflicto parece claro para Rafael Calduch: “Habrá una ocupación de Gaza por parte de Israel y Hamás será liquidado”.
Información elaborada por Borja Negrete para Vozpópuli