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La caída de dos mitos: China y el crudo

A los que pidieron intervención porque el petróleo se acababa, hoy les rebota sobreabundancia. Y la desaceleración de la economía china provoca, en otras cosas, fuertes salidas de capitales.

Los mercados globales están sufriendo la caída de dos mitos. La superpotencia china, que a falta de políticas más promercado, paga las consecuencias, y el petróleo. De paso, es bueno recordar a los agoreros de siempre que, años ha, pidieron la intervención de los gobiernos –desconfiando de la autorregulación del mercado– ante la “evidencia” de que el petróleo se acababa: hoy les rebota sobreabundancia. Ahora quieren que creamos que faltará agua, y el mercado les demostrará que se regula naturalmente.

La desaceleración de la economía china provoca, en otras cosas, fuertes salidas de capitales. Hasta ahora, Pekín ha optado por mantener el yuan más o menos ligado al dólar, implementar una política monetaria más laxa y no controlar demasiado el flujo de capitales. Así, el Banco Popular de China (BPC) está perdiendo reservas para mantener un tipo de cambio artificial. Y, aunque el BPC tiene las mayores reservas del mundo –US$ 3,3 billones–, en 2015 ya perdió US$ 513.000 millones.

Si China no deja que el mercado regule naturalmente el tipo de cambio, no podrá detener la sangría de divisas y podría reprimir la fuga de capitales, lo que hundiría radicalmente la confianza de los inversores. Algunos especialistas creen que las autoridades lamentablemente terminarán endureciendo los controles.

El otro mito que se cae es el del petróleo, que el mercado autorreguló: cuando el barril superaba los US$ 100, tentó a los productores que introdujeron nueva tecnología –como el ‘fracking’– y el precio comenzó a caer. Al mercado han entrado varios competidores mientras la demanda baja debido al auge de las renovables y el uso más eficiente de los hidrocarburos.

Ahora otra retracción de la injerencia de los gobiernos –el fin de las sanciones a Irán– ha hundido al Brent a mínimos de US$ 27,76 por barril, aunque luego subió. El gobierno iraní ha decidido elevar la producción en 500.000 barriles diarios, y los analistas creen que antes del 2017 aumentará sus exportaciones en cerca de un millón de barriles por día. Que se sumará al excedente que registra hoy el mercado y que algunas firmas de inversión cifran, precisamente, en un millón de barriles diarios.

Como están las cosas, Arabia Saudí, según Bloomberg, planearía vender la petrolera estatal Aramco, la empresa más valiosa del mundo, ya que el petróleo no volvería a ser tan rentable y, entonces, intentarían sacar más valor a un activo que promete bajar. Y eso que los saudíes llevan ventaja porque sus costos de producción son de los más bajos del mundo. Así, Aramco aún hoy sigue obteniendo beneficios por cada barril. Entretanto, en muchos países se siguen manteniendo empresas estatales petroleras porque, según los políticos –haciendo gala de su proverbial sandez–, serían “estratégicas”.

Para el director de la estatal Petróleos Mexicanos (Pemex), el costo promedio de extracción sobre reservas ya localizadas está por debajo de los US$ 10 por barril, con lo que la empresa aún sería rentable. A nivel global, se estima que los costos varían entre los US$ 20 y 30, mientras que el costo con tecnologías como el ‘fracking’ oscila entre los US$ 40 y 70 en EE.UU. Ridículamente, el gobierno argentino obliga a pagar casi US$ 70 por barril (de crudo ‘Medanito’) y así, claro, cualquier petrolera como la ineficiente estatal YPF resulta con una rentabilidad que pagan los ciudadanos para jolgorio de los funcionarios.

Alejandro Tagliavini
*Miembro del Consejo Asesor del Center on Global Prosperity, de Oakland, California
@alextagliavini

© El Tiempo

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