… y el mundo sigue transitando peligrosamente el borde mismo de un precipicio muy profundo y peligroso…

El concepto de “guerra híbrida” se edifica sobre los esfuerzos encubiertos que de pronto hacen los Estados beligerantes por tratar de confundir, desinformar y crear relatos torcidos, con abordajes no-militares de la realidad.

Como, por ejemplo, sucediera en el año 2007, cuando el ataque cibernético a Estonia.

Se trata claramente de una forma singular, pero conocida, de procurar minar la seguridad, la confianza, y la estabilidad del adversario. Y de una manera, no siempre sutil, de amenazar, intimidar y agredir, que utiliza arteramente la difusión mediática para tratar de alcanzar sus propósitos reales.

Lo que sucede hoy en Ucrania tiene un claro componente de “hibridez”, que se integra hábilmente con la amenaza más que evidente que supone la concentración repentina de más de 100.000 soldados rusos en la frontera con Ucrania, dotados con armas, pertrechos y equipos que denunciaron una notoria capacidad de invasión inmediata.

Rusia dice haber comenzado a “desconcentrar” sus tropas en la zona del conflicto. Pero, desgraciadamente, la información precisa que suministran fundamentalmente los satélites de las naciones occidentales parecería desmentir esa pretendida conducta. Lo que es bien preocupante, pero no demasiado sorpresivo.

Así están desgraciadamente las cosas, y el mundo sigue transitando peligrosamente el borde mismo de un precipicio muy profundo y peligroso: el que con frecuencia conduce a la guerra. Los gobernantes rusos están cometiendo “crímenes de guerra” a la vista de todos, por los que deberán asumir su responsabilidad de manera ineludible e imprescriptible.

(*) Ex Embajador de la República Argentina ante las Naciones Unidas.