Un estudio publicado por la OIM encuentra en esas causas el incremento de la inmigración latinoamericana a Europa, particularmente a España.
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Lunes, 07 de octubre 2024
Un estudio publicado por la OIM encuentra en esas causas el incremento de la inmigración latinoamericana a Europa, particularmente a España.
MIGRACIONES
El desplazamiento de emigrantes, que durante siglos circuló desde Europa hacia los países del continente americano, cambió de orientación en las décadas del 80 y 90, al extremo de que el número de originarios de América Latina y el Caribe ha aumentado de manera espectacular en España e Italia, según Adela Pellegrino, experta de la Universidad de la República de Uruguay y autora del informe de la OIM (Organización Internacional para las Migraciones) titulado Migración de América Latina a Europa: Tendencias y Desafíos.
Por ejemplo, la población de latinoamericanos y caribeños pasó en España de 92.642 personas en 1995 a 514.485 en 2003. La mayor proporción de esos nuevos inmigrantes llegó en los últimos tres años, y las cifras pueden ser aún superiores si se tienen en cuenta las personas con doble nacionalidad y aquellos sin los documentos requeridos. Los incrementos se han registrado también en otros países europeos, en especial en Italia y Portugal. También se ha elevado el número de ingresos de caribeños a Gran Bretaña.
Entre los factores que han precipitado el fenómeno, la autora menciona la crisis económica en América Latina, así como el endurecimiento de los controles migratorios y del régimen de visas de ingreso de Estados Unidos a partir de los atentados terroristas del 11 de septiembre de 2001 en Nueva York y Washington.
Esas circunstancias transformaron a Europa en un destino más apetecido. Por otra parte, la información en poder de Pellegrino indica que las migraciones de latinoamericanos y caribeños a Europa continuarán creciendo en los próximos años.
Los trabajos que más demandan inmigrantes en Europa se ubican en los sectores de los servicios personal y doméstico, hoteles y restaurantes, así como en la construcción.
Sin ignorar que en 2002 empeoraron las condiciones de vida en Argentina y en Colombia, y tampoco mejoraron en Ecuador y Perú, han sido el factor de la demanda y en particular el mercado de trabajo español lo que atrajo a los inmigrantes, dijo el investigador hispano Antonio Izquierdo, citado en el informe de la OIM.
La influencia europea
Según el estudio, la influencia de Europa en América Latina es mucho menor que la de EEUU. Sin embargo, los vínculos históricos están muy presentes y adquieren relevancia cuando se adoptan decisiones políticas y económicas. La estrategia de los países europeos ha consistido en esforzarse por restablecer y profundizar los vínculos con América Latina. Esa tendencia se ha hecho más evidente con la actual fase de liberalización y con la competencia por ganar mercados y reclutar mano de obra especializada.
El monto promedio de las remesas individuales originadas en Europa supera a las que parten de Estados Unidos. Sin embargo, en volumen total son inferiores pues es mucho más populosa la comunidad de latinoamericanos y caribeños radicada en Estados Unidos.
En todo el mundo, la cantidad de emigrantes varió de 75 millones en 1965 a 175 millones en 2002. En tanto, las remesas globales sumaban 43.000 millones de dólares en 1980, mientras que superaron los 80.000 millones el año pasado.
De todas maneras, América Latina y el Caribe recibió la mayor tajada, unos 38.000 millones de dólares, del total de remesas enviadas por los emigrantes de todo el mundo en 2003. De esa suma, unos 30.000 millones de dólares partieron de Estados Unidos.
El informe resalta un rasgo distintivo de los flujos migratorios de América Latina, que es la feminización. Ese aspecto se advierte con mayor notoriedad en los flujos de población que parten de República Dominicana y de Colombia, y en menor medida de Ecuador y de los países del Cono Sur de la región.
La feminización coincide con la participación creciente de la mujer en el mercado de trabajo. La migración de la mujer es en gran parte autónoma, pues ya no se caracteriza más como “acompañante del esposo o de la familia”, sino en la búsqueda de trabajo y de estrategias para incrementar los ingresos del hogar.
En todos los países de la región el número de mujeres emigrantes supera el 50 por ciento del total y en algunos casos, como la República Dominicana, llega al 68 por ciento.
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