A una semana del ballottage francés, el candidato de derecha dio un discurso en la cuidad de Paris donde llamo a los indecisos a apoyarlo, mientras que la socialista visito un hospital público de los suburbios.
Elecciones en Francia
A una semana de la segunda vuelta de las elecciones presidenciales francesas el conservador realizó un multitudinario acto en París donde llamó a los electores de “centro y los extremos” a apoyarlo para “derrotar a la herencia del Mayo del 68´” que “destruyó moralmente la política”
Por su parte, que la candidata socialista Ségolene Royal visitó ayer un hospital público en un suburbio parisino y continuando con su campaña de seducción del electorado centrista (tercera fuera con 6,8 millones de votos) no excluyó en caso de ser electa designar como primer ministro al líder de la Francois Bayrou, el líder de la Unión para la Democracia Francesa (UDF).
En tanto que por la mañana ambos aspirantes participaron de una emisión de televisión y pese a que cada uno fue entrevistado por separado sirvió como un preámbulo del debate que el miércoles sostendrán y que los analistas consideran clave para destrabar la paridad que reflejan las encuestas.
El favorito Sarkozy realizó ayer en París el acto más importante en sus cuatro meses de campaña, en el Palacio Omnisports de Bercy, ante 18.000 personas y con otras 10.000 siguiendo desde fuera los discursos en dos pantallas gigantes.
Sarkozy llamó a “la mayoría silenciosa, los indecisos, los centristas y a los extremos” a apoyarlo para “derrotar de una vez por todas con la herencia de Mayo de 1968” que “introdujo la ironía” y “destruyó moralmente la política”.
La alusión de Sarkozy a la revuelta estudiantil de mayo de 1968 se dio en presencia de dos de sus mas reconocidos “herederos” hoy ya arrepentidos, los filósofos André Glucksmann y Alain Finkielkraut, el primero ayer apoyó con un discurso al ex Ministro del Interior.
Luego Sarkozy criticó a la izquierda con argumentos que habitualmente son reservados para la derecha. “El culto al dinero reina, la ganancia a corto plazo y la especulación fueron llevadas por esta izquierda portando los valores de mayo del 68´”.
Sarkozy volvió a hacer hincapié en no comprender por qué recibe “constantes ataques personales”. “Objetan mi integridad, mi honor, mi sinceridad, mi temperamento, mi carácter. Dicen que soy peligroso para las libertades, sospechan de que quiero instaurar un Estado policial”, expresó.
Más tarde, desde el PS Faouzi Lamdaoui, secretario general de la Igualdad, denunció el “eterno discurso de estigmatización, odio y división” del candidato de la Unión por un Movimiento Popular (UMP).
“Juntos todo es posible” marcaba la palabra proyectada en el fondo del escenario y fue es frase la que el candidato conservador repitió decenas de oportunidades para llamar a la unidad.
Sumamente transpirado, Sarkozy leyó con pasión su discurso durante una hora ante un estadio colmado y cuya tribuna oficial estuvo repleta de ministros y ex ministros del gobierno de Jacques Chirac, incluyendo al premier Dominique de Villepin, otrora rival del candidato.
La presencia de decenas de estrellas del deporte y el espectáculo, hombres de negocio y representantes de varios de los medios de comunicación más importantes del país le otorgaron al meeting de Sarkozy un estilo VIP, que lejos estuvo de reflejar a la multicultural Francia y sus fuertes contrastes sociales y culturales.
Por su parte, la candidata socialista ayer estuvo en el hospital público del suburbio parisino Corbeil-Essonnes (sur) comprometiéndose a defender la salud pública, uno de los ejes de su proyecto y a “enriquecer su pacto presidencial”, que contiene 100 propuestas.
El día después al cordial debate con el centrista Bayrou, la socialista no excluyó designar como primer ministro al líder de la UDF y, palpitando el debate del 2 de mayo, afirmó que “será clave” y que espera que su rival “no lo utilice para victimizarse una vez mas”.
Las últimas encuestas coinciden en dar como ganador a Sarkozy pero muestran que ligeramente la diferencia entre los dos candidatos se achica.
Un sondeo de IFOP-JDD le da al candidato conservador 53,5% contra 47,5% cuando hace una semana la diferencia para la misma empresa era 54-46.
Royal, que ya se aseguró el apoyo unánime de la extrema izquierda, necesita absorber al menos dos tercios de los votos centristas para contar con posibilidades de convertirse en la primera mujer en presidir a Francia.
Entre tanto, la Liga de los Derechos Humanos (LDH), creada a fines del siglo XIX luego del ´affaire Dreyfus´, llamó a votar por Ségolene Royal porque la “elección de Sarkozy constituirá una pesadilla y una regresión de la democracia”.
“Llamamos a votar por la solidaridad y no el miedo, el respeto y no las amenazas, la igualdad y no las discriminaciones”, afirma el comunicado de la prestigiosa LDH, que antes de cada elección presidencial se pronuncia y apoya a un determinado candidato.
El martes será el turno de Royal de realizar un acto en París, pero con una apuesta más ambiciosa que la UMP, el acto tendrá lugar en el estadio de Charlety -una de las sedes del inminente mundial de rugby- junto a decenas de reconocidos grupos musicales. Fuente: Télam.