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Jóvenes iraníes desafían la obligatoriedad de llevar el velo islámico.Imagen: Vahid Salemi/AP Photo/picture alliance

Jóvenes iraníes desafían la obligatoriedad de llevar el velo islámico.Imagen: Vahid Salemi/AP Photo/picture alliance

Tras la muerte de Raisi, en Irán no cesa la represión

El fallecido presidente Ebrahim Raisi tuvo un papel central en la represión del pueblo en Irán. Las intimidaciones prosiguen tras su muerte.

“Murió al servicio a su país, como un mártir”. Así honró el líder religioso y político de Irán, el ayatolá Ali Jamenei, al fallecido presidente Ebrahim Raisi, quien murió al caer el helicóptero en que viajaba.

Los medios de comunicación estatales difundieron imágenes y videos de su funeral, dirigidas a evidenciar cuán popular era Raisi. De acuerdo con la televisión estatal, millones de personas acudieron a Teherán con motivo de las honras fúnebres.

“En un país en que no hay verdaderas urnas electorales para comicios libres, están obligados a buscar legitimidad con masas de gente junto a féretros”, comentó en la plataforma X el periodista iraní Javad Akbarin, quien vive en el exilio, en París. Y recordó que el derecho a reunión en las calles no está garantizado para todos los ciudadanos.

“Cualquier tipo de protesta que amenace la seguridad del país o hiera los sentimientos de la población en duelo, será castigada”, advirtió el régimen, tras la muerte del presidente.

Lo que eso significa, quedó de manifiesto en el caso de la periodista Manizheh Moazen: “Debido a mi reacción a la muerte de Ebrahim Raisi, la Justicia abrió un expediente en mi contra”, escribió en X. Por su trabajo periodístico, ya estuvo en 2023 en la cárcel. Ahora, volvió a publicar un tuit que aludía al papel de Raisi en la ejecución masiva de presos políticos en la década de 1980.

“Raisi nunca se arrepintió de sus actos”, dice a DW la escritora y activista Shadi Amin, quien vive en Alemania y defiende los derechos LGBTQIA+ y de otras minorías en Irán. “Desde hace más de 40 años, Raisi siempre tuvo un papel importante en la aplicación de la política de la Republica Islámica, sobre todo en cuanto a la represión de la población civil”, afirma.

Al servicio de un sistema represivo

Antes de su período presidencial, Raisi pasó toda su vida laboral en el sistema de Justicia. Tras la revolución de 1979, emprendió una carrera de rápido ascenso. En ese entonces perteneció al llamado “Comité de la muerte”, responsable de la ejecución de miles de presos políticos.

Continuó su carrera como juez y en 2019 fue nombrado jefe del aparato de Justicia. Tras su triunfo en las elecciones presidenciales de 2021, defendió en una entrevista su proceder en el sistema judicial: “Cuando un juez o un fiscal ha defendido la seguridad del pueblo, debe ser alabado por eso”, afirmó.

En su calidad de presidente de Irán, Raisi también tuvo un papel decisivo en la sangrienta represión de las protestas que estallaron reiteradamente en todo el país, la última de las cuales tuvo lugar tras la muerte de Jina Mahsa Amini, en septiembre de 2022. “Él apoyó la aplicación de leyes misóginas, como la que obliga a las mujeres a llevar hijab”, subrayó Shadi Amin. Y destacó que “Raisi era una figura importante para el sistema político de Irán y sus objetivos”.

Al mismo tiempo, agregó que, en Irán, el líder religioso tiene la última palabra, prácticamente lo determina todo. “En este sistema, en los últimos años han sido educadas suficientes personas como Raisi, que están dispuestas a actuar con dureza y brutalidad contra la población civil. Sólo lamento las condolencias de políticos de países occidentales, de la Unión Europea y organizaciones internacionales, para un asesino en masa como él. Es una gran desilusión para las mujeres iraníes y la población civil”.

Una información de Shabnam von Hein para DW.

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